El horror: sismo del jueves 19 de septiembre de 1985, a las 7:19:49 de la mañana, 8.1 de magnitud en la escala de Richter, un minuto de duración.
30 mil edificios convertidos en ruinas en la Ciudad de México y 68 mil gravemente dañados. Nunca se supo el número de víctimas. Cifra oficial: 3,629 muertos. Cálculos extraoficiales: más de 50 mil.
Nunca se contabilizó el número de heridos. Nunca se reveló la cuantía de las pérdidas económicas. Gobernaba el país Miguel de la Madrid Hurtado, tres años después tomó posesión de la presidencia de la república Carlos Salinas de Gortari.
El epicentro se localizó en el Océano Pacífico mexicano, cercano a la desembocadura del río Balsas en la costa del estado de Michoacán, y el hipocentro a 15 kilómetros de profundidad bajo la corteza terrestre.
El sismo afectó en la zona centro, sur y occidente de México, en particular a la Ciudad de México CDMX, en donde se percibió a las 07:19 hora local. Ha sido el más significativo y mortífero de la historia escrita de nuestro país y su capital, y superó en intensidad y daños al registrado en 1957, que hasta entonces había sido el más notable en la ciudad. La réplica acontecida un día después, la noche del 20 de septiembre de 1985, también tuvo gran repercusión para la capital al colapsar estructuras reblandecidas un día antes.
Ante la carencia generalizada en el país de una cultura de la protección civil, de protocolos de acción y de recursos de toda índole ante las grandes catástrofes y una generalizada inacción y minimización de las consecuencias por parte del gobierno, el estado vivido en las 48 horas siguientes al sismo fue de un caos generalizado, que fue paliado por la organización de la sociedad capitalina al auto organizarse en el rescate y asistencia de las víctimas y damnificados.
Una vez más, hemos alcanzado la fecha de conmemoración del sismo que devastó la Ciudad de México. Sobra decir que ese día marcó a los mexicanos y que dicho evento es un parteaguas en la historia de nuestro país.
Podría decirse que ya se ha escrito mucho sobre este acontecimiento, sin embargo, es importante mantener presente lo ocurrido y transmitirlo a las nuevas generaciones, a fin de estar más preparados por si (tocamos madera) un evento así vuelve a repetirse.
Laborissmo seguirá informando…