En la búsqueda de un sueño, todos los Esfuerzos suman.
Y no fue la excepción el realizado por otro Auténtico Mexicano, de nombre Tecpátl.
Un gran artista que mediante su creatividad logró desarrollar grandes obras.
Fue quien marcó la diferencia entre lo que eran los tenochcas antes de erigirse como un Gran Nación y la enorme conversión que operó mediante la aplicación de las reformas implementadas por parte de Tlacaélel, con el respaldo de Citlalmina, desde las trincheras, en materia de educación y cultura de su pueblo.
Habiendo sido descubierto este Gran Auténtico Mexicano, por el propio Tlacaélel, quien tenía el don de apreciar lo bueno, dado su alto nivel espiritual, cuando, observando una vasija del templo, preguntó a uno de sus sirvientes sobre dicha artesanía.
Al saber que la misma provenía de un humilde artesano que laboraba en los talleres de un conocido maestro de nombre Yoyontzin, acude a ese lugar para saber sobre el origen de tan bella obra de arte.
Ahí es informado por el propio maestro Yoyontzin, que el autor de la misma es uno de sus artesanos de nombre Tecpátl, de quien su maestro da referencias sobre la vida de este sencillo artesano y Tlacaélel pide conocerlo.
Una vez que Tlacaélel se entera de todos los detalles, al entrevistarse con dicho artesano, y después de una larga conversación con él, decide financiar un proyecto de investigación cultural para Tecpátl.
La labor realizada por este Auténtico Mexicano, de nombre Tecpátl, despierta la envidia en Cohuatzin, otro artesano carente de sentido artístico, que veía más el arte como negocio que con un sentido de trascendencia.

Quien intenta organizar una revuelta que casi provoca que Tecpátl termine lapidado por el pueblo.
Sin embargo, los planes de Cohuatzin se ven frustrados ante la valerosa intervención de la heroína Citlalmina, quien defiende al artesano y es escuchada ante el gran aprecio que todo el pueblo le profesaba, como libertadora de su Nación.
Después de este suceso, como muchas veces sucede siempre ante este tipo de acciones deleznables, al no lograrse el propósito abyecto, la experiencia catapulta a Tecpátl, a través de su arte y talento, a ganar la simpatía total del pueblo, de la mano de Citlalmina, convirtiéndole en uno de los mejores artesanos de Tenochtitlán.
Su Obra Cumbre, el Calendario Azteca, también conocida como Piedra del Sol.
Indudablemente que la cultura constituye a través de sus representaciones, que quedan plasmadas para la posteridad, gran parte de la identidad de una Nación, como así aconteció con las realizadas por Tecpátl.
Personaje de quien no será la única, sino la primera de muchas ocasiones que hablaremos a largo de este Viaje a través de la Historia de los orígenes de nuestra Nación, que descansan en la fundación de la antigua Tenochtitlán.

Israel Ascencio Cadenas
Comisario Foro: “Política y Sociedad”

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