Categoría: Cultura Laboral

Por Fiona González

Uruapan Michoacan alberga durante la última semana prensa de EU, Europa y Medio Oriente.

La Pérgola municipal es escenario donde concluyen las marchas de protestas por la muerte de Carlos Manzo.

La presidente Claudia Sheinbaum está en el ojo del huracán, su popularidad hoy día es nula, el mundo hoy la reconoce como un gobierno sordo que pacta con el CO.

Mientras México se cae a pedazos y sus calles son escenario de crímenes, Claudia Sheinbaum está más interesada en mantener la popularidad de su antecesor Andrés Manuel López Obrador, la continuidad de sus programas sociales que no han contribuido a disminuir la violencia, “jóvenes construyendo el futuro y sembrando vidas” no cumplen su cometido hoy día los jóvenes prefieren ser gatilleros del CO, para ellos besos y abrazos, para el pueblo balazos, muerte y cobro de piso.

Hoy México tiene cuatro de las ciudades más peligrosas del mundo, el crimen durante los últimos ocho años de gobierno han crecido de forma ponencial, el CO a tomado control de todo territorio mexicano

Claudia Sheinbaum, tiene un amor enfermizo antepone la paz de México y 127 millones de mexicanos no tienen valor ante un individuo como López,

La muerte del presidente Carlos Manzo, marcó un antes y un después, donde pone al descubierto el fracaso del gobierno actual, no hay coyuntura en los tres niveles para combatir el CO, se puso de manifiesto el hartazgo del pueblo, hoy el pueblo tiene hambre de Justicia y de paz.

La popularidad de Claudia Sheinbaum hoy es nula, su discurso de ” es culpa de Calderón ” ya no es suficiente, no puede tapar el sol con un dedo, México presenta la peor crisis de institucionalida de toda la historia, la crisis de criminalidad, el sector agrícola, agropecuario, laboral, sufren los estragos de un gobierno, carente de estrategias para el avance de un país.

La estrategia del gobierno anterior y del actual, para todos los sectores, es echar culpas al pasado, hoy día ya no les funciona.

Claudia Sheinbaum pudo calmar las protestas, con sólo pedirle al Gobernador Ramírez Bedolla se retirara del cargo, pero su falta de carácter, compromiso y soberbia con el pueblo la hacen parecer una mujer carente de empatia con los muertos y las familias que día a día sufren la pérdida de sus familiares a manos del CO.

Claudia Sheinbaum tiene más compromiso con su antecesor que incluso con ella misma.

Columna de Opinión
Mtro. Arturo Ismael Ibarra Dávalos.

EL PLAN DE PACIFICACIÓN

El proyecto de pacificación que propone Claudia Shembaum, reproduce los mismos patrones que llevaron al fracaso los programas implementados por los gobiernos de Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador, al ignorar a la sociedad civil organizada y no atender las particularidades sociales, económicas y de seguridad de la región de Tierra Caliente, una de las más afectadas por la violencia del narcotráfico.

MÁS DE LO MISMO

La Presidente no se cansó de decir que estaban tratando de utilizar la muerte de Carlos Manzo y ¿qué sucede con los morenos?
Han soltado estos rumores:
1.- La esposa lo desvivió porque ella quería ser presidente.
2.- Ella se quedó porque pactó con la presidente.
3.- La presidente ya no va a hablar de tema, hablarán de las mujeres.

El cambio de narrativa, para eso fue el video de la manoseada.

La Viuda del Alcalde Carlos Manzo se Niega a Foto con Sheinbaum en Palacio Nacional, Exigiendo Justicia Genuina.

El dolor y la indignación tras el magnicidio del alcalde ha escalado a una nueva esfera de tensión política. Fuentes cercanas a la familia han revelado que, en un aparente intento de “calmar las aguas” tras la crisis de seguridad, la Presidencia de la República buscó un encuentro con la viuda del edil asesinado en Palacio Nacional, al cual ella se habría negado rotundamente.

Según los reportes, la familia de Manzo Rodríguez fue presionada para que la viuda se trasladara a la Ciudad de México para sostener una reunión privada con la Presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo.

El objetivo central de la Presidencia era, presuntamente, tomar una fotografía conjunta con la deudos.

Las fuentes internas señalan que esta imagen buscaba proyectar una fachada de cercanía, humanismo y rápida respuesta ante la ola de violencia que culminó con la vida del alcalde, quien era conocido por su combate abierto al crimen organizado.

La viuda, inmersa en el luto y el shock por la brutal ejecución de su esposo, se mantuvo firme en su posición y rechazó participar en el acto.

Esta negativa subraya una profunda resistencia de la familia a permitir que la tragedia sea instrumentalizada para fines de imagen o propaganda política. El incidente ha puesto en entredicho la sensibilidad de la administración de Sheinbaum y la gestión de la crisis de seguridad que se vive en el país.

“La familia exige justicia y acción real, no una fotografía para apaciguar las críticas. El dolor por la pérdida de un alcalde que combatió el crimen no debe ser usado como herramienta de imagen pública.”

La resistencia de la familia Manzo enfatiza que lo que esperan del gobierno federal no son gestos mediáticos, sino una investigación expedita y resultados concretos que lleven a los responsables del crimen ante la justicia.

No obstante la viuda fue nombrada en el lugar del edil asesinado. Pudo irse a pedir asilo político a cualquier país y no lo hizo. Hay quien dice que ya fue amenazada. A ver qué sucede en los siguientes días.

EL FRÍO QUEMA

Hay que cuidarnos porque el frío se está poniendo intenso; nos vemos en otra Vuelta de la Esquina.

Por Fiona González

La política en México “es el arte de mentir, robar, engañar, dar atole con el dedo”, los politicos en mí México querido, son definitivamente una materia para analizar y es que mire Usted, podemos ver políticos vigentes, de los 80 y 90, que tienen una historia larga, que incluyen carpetas de investigación, por fraudes, robos, algunos por violación, secuestro; y en mi México eso no importa, salen en las boletas electorales y pum, en las urnas salen electos y si no son elegidos por el pueblo, el pariente, compadre, el cuatacho elegido, le da un premio con una secretaría o incluso lo hacen embajador, digno representante de México.

Definitivamente para ser un político, aplaudido, amado y bendecido el primer requisito, es saberle al teje y maneje, de la malandriniada; obvio a grande escala.

Pero entre malandros hay niveles, malandros inteligentes y malandros pendejos, los últimos siete años de gobierno federal, nos gobiernan malandros pendejos.

Y mire usted ¿por qué son pendejos?

Gobiernan dizque para el pueblo, pero primero lo apalean, como vil perro cuando se arrima a la carnicería, después le dan un huesito, cuando ya el perro agarró confianza zaz, le dan otra tanda de apaleadas, pero el perro no escarmienta y esto se repite, hasta que el perro muere de tantas apaleadas; pero los malandros no entienden que hay un riesgo que el perro deje de ladrar y se convierta en tigre y termine por comerse al que por años le ha dado su tanda de apaleadas.

¿Ve como si son pendejos? si comen visten, en pocas palabras “maman” del pueblo, y “maman harto”, residencias, yates, vacaciones en Japón, muchachas jóvenes, bonitas que pueden comprar con lo que joden.

Ante eso, deberian de tratar al pueblo como reyes, ¡pero no!, le muerden la mano que les da de comer o de “tragar”, pero sigo pensando que son pendejos. Porque un día el perro se cansó de tantas apaleadas y dejó de ladrar, se enseñó a rugir y corren el riesgo que el nuevo perro convertido en tigre mastique, escupa al político de hoy.

Comérselo no sería posible por aquello de la indigestión, cuando comes podrido.

Ocho días del suceso y la ola se a convertido en una avalancha de nieve que agarra fuerza, crece y crece, hoy no es pueblo es una jauría, que se revela y está harta de recibir sólo golpes, si México realmente despierta, los malandros terminaran por hincarse y ser desterrados, pero eso solo lo decide la manada.

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REFLEXION DOMINICAL DEL PADRE PISTOLAS
Domingo 09 de noviembre de 2025
TEMA: SIN CORRUPCION, SIN MIEDO Y CON CASTIGOS
  • – Celebramos la construcción de la basílica de San Juan de Letrán, catedral del papa que fue construida por el emperador Constantino en 320 p.c. su nombre original es Basílica del Santísimo Salvador, recordamos que el ministerio del papa sucesor de San Pedro constituye para el pueblo el principio y el fundamento de la unidad.
  • – En sus orígenes las basílicas eran edificios romanos públicos, los cuales servían como tribunales, lugar de reuniones como vemos en las ruinas de Pompeya, sepultada por el volcán Vesubio a los dados de las plazas Etafa “El foro” para la política y los votos, el crematorio para los muertos, el mercado, el teatro y la basílica.
  • – Fue consagrada por el Papa Silvestre I (314-335) en el año 324.
  • – En el año 911 fue reconstruida por el Papa Sergio III en el siglo XII fue dedicada a San Juan Bautista Letrán por la familia Laterani de la esposa de Constantino en 1724 se estableció a todo el mundo.
  • – En la consagración de los templos se baña el altar de Santo Crisma y depositar reliquias de santos, incensación y 12 cruces adosadas a las paredes según los 12 apóstoles el evangelio de San Juan, nos habla de la ocasión en que Cristo arrojó a los mercaderes del templo de Jerusalén, algo inusual para Cristo que nunca aplicaba la violencia y con un cordelo los arrojó fuera y les volcó las mesas de los cambistas que daban una moneda de oro por dos griegas y romanas que no se podían depositar en las alcancías por impuras, logrando un gran negocio al grado que cuando llegaron los romanos se espantaron de la cantidad de oro que guardaban, sobre todo los sumos sacerdotes, aparte la venta de novillos, los corderos que por la mañana y  por la tarde sacrificaban como ofrenda y las palomas los más pobres como San José y la virgen que se oía un gran alboroto y no dejaban en silencio hacer oración, no conviertan en un mercado la casa de mi padre decía Cristo.
  • – En la actualidad el papa León XIV suspendió a tres cardenales encargados del banco del Vaticano por defraudar y al obispo de Milán y el de Venecia por lo mismo y los obispos por encubridores de los sacerdotes pederastas y otros por pederastas, en hora buena.
  • – En México y en especial en Guanajuato, Jalisco y Michoacán hay mucha violencia, 33 000 muertos por año, aquí será encarcelado el gobernador por permitir el asesinato de 7 alcaldes municipales y pertenecer al cartel de los viagras pero ya hace 50 años que dejaron los del Pri y del Pan carteles de Sinaloa, hasta los marros en total los carteles porque son corruptos y mafiosos.
  • – Aunque la presidenta Claudia y López Obrador en su tiempo recomiendan las correcciones pacificas son ineficaces.
  • – Propongo no solo socorrer a los pobres con artesanías y demás empleos lo siguiente:
  • – 1º.- Sacar a los corruptos del poder que son demasiados y después sacarlos de las calles.

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  • – 2º.- No tenerles miedo y enfrentarlos nada de derechos humanos ya están deshumanizados.
  • – 3º.- Quitar esos jueces inútiles comprados y cómplices y poner verdaderos castigos y premiar a los buenos.
  • – No es bueno quejarse de los negocios se encuentran después de muchos años dicen.
  • – ¿Te acuerdas de la tienda con 40 empleados? Ahora tenemos una tienda mi mujer y yo
  • – ¿Te acuerdas del burdel de 40 chamaconas? Ahora tenemos uno pequeño mi mujer y yo.
Que Dios los bendiga.

Viena, 1942. Viktor Frankl tenía 37 años, era un psiquiatra respetado, con una práctica en crecimiento, un manuscrito casi terminado y una esposa llamada Tilly. En sus manos tenía una visa para irse y vivir en América, aprovechando nuevas oportunidades. Pero sus padres, ya mayores, no podían acompañarlo, y por ende, él no quiso dejarlos atrás quedándose con ellos y esperando lo peor.

Meses después, los nazis vinieron por todos. Primero Theresienstadt, luego Auschwitz y más tarde Dachau. Cuando atraparon a Viktor, el manuscrito que había pasado años escribiendo, cosido cuidadosamente en el forro de su abrigo, fue arrancado horas después de su llegada. Era el trabajo de toda su vida. Todo le fue arrebatado, hasta el nombre, en los registros quedó solo un número, el 119104.

Pero había algo que los guardias no podían quitarle, y era lo que sabía. Frankl había observado que los prisioneros no morían solo de hambre o enfermedad. Morían cuando se rendían. Los médicos lo llamaban “renunciar-itis”, el momento en que alguien perdía su razón para vivir y su cuerpo se apagaba en pocos días.

Los que sobrevivían no eran los más fuertes físicamente, sino los que tenían un porqué, un hijo que encontrar, una esposa que abrazar, un libro que escribir o una promesa que cumplir.

A partir de esto, Frankl comenzó un experimento, no en un laboratorio, sino en los barracones. Se acercaba a los hombres al borde de la desesperación y les susurraba: ¿Quién te espera? ¿Qué trabajo dejaste sin terminar? ¿Qué le dirías a tu hijo sobre sobrevivir a esto?

No podía darles comida ni libertad, pero les daba algo más poderoso, una razón para ver el mañana. Tiempo después, un hombre recordó a su hija y sobrevivió para encontrarla. Otro recordó un problema científico y sobrevivió para resolverlo. El propio Frankl sobrevivió reconstruyendo mentalmente su manuscrito perdido, página por página, en la oscuridad.

Abril de 1945, luego de la liberación, Frankl pesaba apenas 85 libras y sus costillas se marcaban bajo la piel. Su familia por la cual se quedó, no había sobrevivid, dejándolo con todas las razones para rendirse. Pero eligió escribir.

En nueve días recreó su manuscrito, pero esta vez no era teoría, ya era una prueba. Había visto que el sentido podía sostener la vida incluso en el infierno y lo llamó logoterapia: terapia a través del significado.

En 1946 publicó su libro. Al principio, los editores lo rechazaron, pero poco a poco, el mundo empezó a leerlo.

Prisioneros encontraron esperanza, terapeutas lloraron, personas enfrentando divorcios, enfermedades, depresiones descubrieron que su sufrimiento podía tener un propósito. El libro fue traducido a más de 50 idiomas, vendió más de 16 millones de copias y la Biblioteca del Congreso lo nombró uno de los diez más influyentes de América.

Frankl demostró que incluso cuando todo es arrebatado, queda una última libertad y es elegir la actitud frente a lo que nos ocurre.

Basado en archivos del Instituto Viktor Frankl de Viena. Este contenido es informativo, histórico y educativo.

Laborissmo seguirá informando…

Por Fiona González

La historia se escribe y queda para generaciones futuras, hoy tengo un poco de esperanza en mí pueblo, antes del primero de noviembre y el México de hoy.

Miles de ciudadanos marchan hoy, algunos indignados por lo acontecido hace días.
Pero la realidad es que la muerte de Carlos Manzo, solo fue un “parteaguas” donde la sociedad refleja el hartazgo, indignación, dolor, miedo de seguir viviendo en el México actual, no hablemos de Michoacan, hoy el CO a contaminado todo el país, pueblos completos han tenido que emigrar de su lugar de origen, miles de madres lloran a sus hijas, hijos desaparecidos, los últimos años las fosas clandestinas se encuentran como pan caliente, campos de exterminio “asemejando” la Europa en tiempos de Hitler.

Hoy miles de personas salen todos con la misma bandera, PAZ Y JUSTICIA PARA MÉXICO, hoy no se pide lo que como ciudadano es tu derecho: se exige vivir en un país, donde puedas caminar por la calle, sin miedo de ser levantado o acribillado por quedar entre dos fuegos, se exige al gobierno que haga su trabajo, se exige que combata ese cáncer que tanto daño hace a México, se exige paz, tranquilidad y justicia.

Hoy no tengo interés en recordar como se vivía ayer, hoy tengo interés en como van a vivir mis nietos mañana.

Ver a los miles de ciudadanos levantando la voz, todos unidos hace que mi piel vibre y por primera vez tengo esperanzas que hoy la revolución de conciencias, sea más fuerte y el ¡ruuuuuuugido del tigre! se escuche en todos los continentes, que se escuche lo que vive México y que se entere el mundo que México despertó.

Espero no se apague el clamor y de inicio a un verdadero cambio, después de la tempestad viene la calma.

MÉXICO MERECE PAZ.

“SI NO HAY JUSTICIA PARA EL PUEBLO, QUE NO HAYA PAZ PARA EL GOBIERNO”.

“SI NO HAY UN PUEBLO SEGURO Y LIBRE DE VIOLENCIA, QUE EL GOBIERNO NO TENGA TRANQUILIDAD”.

Ella vio arder vivas a 146 mujeres porque los dueños de la fábrica habían cerrado las salidas.

Doce años después, se convirtió en la mujer más poderosa de Estados Unidos.

De niña, Frances Perkins no entendía por qué la gente buena vivía en la pobreza.

Su padre decía que los pobres eran perezosos o débiles.

Frances, incluso entonces, sabía que no era verdad.

En la universidad de Mount Holyoke estudió física — una elección segura, respetable, apropiada para una joven.

Hasta el día en que una excursión escolar lo cambió todo.

Su profesora llevó a las alumnas a visitar fábricas a orillas del río Connecticut.

Frances vio a muchachas más jóvenes que ella, exhaustas, inclinadas sobre máquinas en salas sin ventanas, sin ventilación, sin salidas.

Jornadas de 12 horas. Seis días a la semana.

Dedos arrancados por las máquinas.

Pulmones destruidos por el polvo del algodón.

Comprendió que el conocimiento no significaba nada si no servía para proteger la dignidad humana.

Abandonó el camino “seguro”: casarse con un hombre respetable, dar clases de piano a los hijos de los ricos.

En su lugar, obtuvo un máster en economía y sociología en Columbia, escribiendo su tesis sobre la malnutrición en Hell’s Kitchen.

Su familia se horrorizó. Las “chicas bien” no estudiaban la pobreza. Y desde luego no vivían en hogares comunitarios con inmigrantes.

A Frances no le importaba lo que hicieran las “chicas bien”.

En 1910 se convirtió en secretaria ejecutiva de la New York Consumers League, investigando fábricas, documentando violaciones, impulsando reformas: panaderías limpias, salidas de emergencia, límite de horas de trabajo.

Testificaba ante comisiones legislativas: una mujer joven, en traje, explicando a hombres poderosos que sus fábricas estaban matando gente.

La odiaban. Ella siguió adelante.

Entonces llegó el 25 de marzo de 1911.

Frances tomaba el té en Washington Square cuando oyó las sirenas.

Siguió el humo hasta la fábrica Triangle Shirtwaist — diez pisos de fuego y gritos.

Se quedó allí, impotente, viendo a jóvenes lanzarse desde el noveno piso porque las puertas estaban cerradas para evitar “robos” y “pausas no autorizadas”.

Sus cuerpos golpeaban el suelo como truenos. Una y otra vez.

Murieron 146 trabajadoras.

La mayoría eran inmigrantes, algunas adolescentes — algunas de apenas 14 años.

Fabricaban blusas que las mujeres ricas usaban para mostrar su modernidad y su independencia.

Frances las vio arder para que otras mujeres pudieran parecer progresistas.

Se hizo una promesa: sus muertes no serían en vano.

Semanas después, Frances fue nombrada en la comisión investigadora del incendio.

No se conformó con un informe.

Reescribió las leyes laborales del estado de Nueva York.

Salidas de emergencia — desbloqueadas, accesibles, claramente señalizadas.

Límites de ocupación.

Sistemas de rociadores.

Inspecciones regulares de seguridad.

Semana máxima de 54 horas.

Un día de descanso semanal.

Los industriales lucharon contra cada disposición.

Hablaban de “exceso de gobierno”, de “catástrofe para los negocios”, de obreros “que quieren algo sin trabajar”.

Frances respondió con fotos de las víctimas. Con testimonios. Con datos económicos que mostraban que los lugares seguros eran más productivos.

Las leyes fueron aprobadas.

Otros estados siguieron el ejemplo.

En una década, los lugares de trabajo estadounidenses cambiaron — no perfectamente, pero sí de manera irreversible.

Y Frances Perkins se convirtió en la mujer más odiada por la industria americana.

La llamaron comunista.

Los periódicos se burlaban de ella, una “solterona” entrometiéndose en los asuntos de los hombres.

(Se casó tarde con un economista que sufría trastornos mentales — un secreto que guardó para protegerlo del internamiento).

Soportó el odio y continuó.

En 1933, Franklin D. Roosevelt, recién elegido y frente a la Gran Depresión, le ofreció el cargo de Secretaria de Trabajo.

Tenía 53 años.

Ninguna mujer había formado parte de un gabinete presidencial.

La idea escandalizaba, parecía incluso anticonstitucional.

Frances aceptó — pero puso sus condiciones.

Le entregó a Roosevelt una lista:

Semana laboral de 40 horas

Salario mínimo

Abolición del trabajo infantil

Seguro de desempleo

Jubilación para las personas mayores

Roosevelt dijo: “Sabes que eso es imposible.”

Ella respondió: “Entonces busque a otra persona.”

Y aun así, él la nombró.

Durante doce años — más que cualquier otro secretario de Trabajo — Frances Perkins luchó por esos objetivos “imposibles”.

Y logró la mayoría de ellos.

Fair Labor Standards Act (1938): semana de 40 horas, salario mínimo, restricciones al trabajo infantil.

Social Security Act (1935): jubilación, desempleo, ayuda a las familias.

Las leyes excluían entonces a los trabajadores agrícolas y domésticos — un compromiso que ella detestaba pero tuvo que aceptar, lo que privó sobre todo a trabajadores negros de esos beneficios, una injusticia corregida mucho más tarde.

Pero millones de trabajadores obtuvieron protecciones sin precedentes.

Frances nunca se dio por satisfecha.

Luchó por el seguro médico universal (fracaso), por la ampliación de los derechos (parcial).

Enfrentó a cada político que intentó debilitar las protecciones.

La llamaron autoritaria, difícil, poco femenina.

Siempre vestía el mismo traje negro y el mismo sombrero tricorne — para decir:

No estoy aquí para adornar. Estoy aquí para trabajar.

A la muerte de Roosevelt en 1945, renunció.

Doce años de servicio — un récord absoluto.

Podría haber vivido rica y honrada.

En lugar de eso, enseñó en Cornell, escribiendo y dando conferencias hasta su muerte en 1965, a los 85 años.

Pocos conocen su nombre.

Pero cada vez que recibes pago por horas extras, es gracias a Frances Perkins.

Cada salida de emergencia claramente señalizada — Frances Perkins.

Cada pensión, cada subsidio de desempleo — Frances Perkins.

Cada fin de semana que disfrutas — Frances Perkins.

Ella vio morir a 146 mujeres porque el lucro valía más que la vida.

Y dedicó los siguientes 50 años a asegurar que eso no pudiera repetirse — al menos no legalmente, no sin consecuencias, no sin alguien que luchara.

No solo fue testigo de la injusticia.

Construyó la arquitectura que hizo posible la justicia.

Su padre decía que los pobres eran perezosos o débiles.

Frances demostró que la pobreza era una decisión política — y que las políticas podían cambiarse.

Fue la primera mujer en un gabinete presidencial. Pero eso no es lo que la hace importante.

Importa porque vio a mujeres arder y dijo “nunca más” — y pasó su vida cumpliendo esa promesa.

Pocos conocen su nombre.

Pero cada persona que ha cobrado horas extras, cada niño que ha ido a la escuela en lugar de la fábrica, cada anciano que ha podido jubilarse con dignidad — vive en el mundo que ella construyó.

Un incendio.

146 muertas.

50 años de lucha.

Y un país que, lentamente, imperfectamente, pero de forma irreversible, aprendió que los trabajadores son seres humanos que merecen vivir.

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Los “azulitos” (también conocidos como “pitufos”) son una popular bebida alcohólica preparada en México, famosa por su característico y vibrante color azul.

Se han vuelto una tendencia, especialmente entre los jóvenes, por su sabor dulce y su presentación llamativa, a menudo servidos en vasos grandes decorados con gomitas y chamoy.

Comúnmente se usa vodka, aunque a veces se usa tequila o ron blanco.

Con Curaçao azul, también, que le da el color distintivo y un sabor cítrico a naranja amarga.

Se puede mezclar con refresco de lima-limón (tipo Sprite o 7Up) y, a menudo, una bebida energética azul (tipo Powerade o Boost).

El vaso se suele escarchar con chamoy y polvo de mora azul (chile en polvo, también conocido como “Miguelito”), y se decora con gomitas, como tiburones o cerezas en almíbar.

Aunque su origen exacto no está del todo claro, se popularizaron en los tianguis y bares de la Ciudad de México, especialmente en barrios como Tepito, y su fama creció a través de las redes sociales como TikTok. Su nombre hace referencia al color de los personajes de dibujos animados, Los Pitufos.

Diversas autoridades de salud en México, como el ISSSTE, han emitido advertencias sobre el consumo excesivo de “azulitos”.

Un litro de esta bebida puede contener una cantidad muy elevada de calorías y azúcar, lo que puede contribuir a problemas de salud como la obesidad y la diabetes.
Combinación con bebidas energéticas: Mezclar alcohol (un depresor del sistema nervioso) con bebidas energéticas (estimulantes) puede enmascarar los efectos del alcohol, aumentando el riesgo de intoxicación y posibles problemas cardiovasculares.

Se recomienda un consumo moderado y responsable de esta bebida, o bien optar por versiones sin alcohol que sustituyen el vodka y el curaçao por agua mineral o jarabes de frutas.

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Testimonio de una ex trabajadora de Sears, que nos lo hizo llegar:

“Saludos a todos, mi nombre me lo reservo y sobre el tema de sears es muy difícil que las compañeras le puedan ganar a esta empresa corrupta y dañina para todos, ya que esconde mucho de tras.

Yo soy ex empleada y estuve solo 2 meses ya que en ese corto tiempo sufrí daño psicológico y acoso laboral por parte de una persona la cual me robo descaradamente y la empresa la defiende y digo la defiende porque sigue ahí, mi problema fue con Celene Ayala la jefa del departamento de dermocosmetica y su único problema conmigo fue que ella se llevaba la tajada mayor, las comisiones de ese departamento, pero yo llegué a vender y a comisionar y ella no se quedó quieta, también aclarar que los jefes rateros que se llevaron más del millón no es la única forma de robar y lo hacen desde la trinchera con argumentos y culpan a los demás, no es la única manera esta persona Celene Ayala es la pareja sentimental del regional Ulises García, él es el principal responsable de los robos, ya que no hace nada y los gerentes son sus títeres el mueve todo; en mi tiempo, no estaba la licenciada Isela Guerra y estaba otro títere en su lugar, yo entré a Dermocosmética y me toco lidiar con Celene la cual cuando me vio como competencia hizo hasta lo imposible por sacarme, ya que yo presencié sus robos, ella opera de otra forma, llama a familiares y amigos a hacerse pasar por clientes y los carga de productos los cuales no cobra y si al caso cobra 1 y también me tocó ver como se esconde productos en los pechos, para poder pasar la vigilancia a la hora de salida, yo tenía todas las pruebas y hable con los de seguridad y ¿saben que fue lo que hizo?, me robó mí celular para destruir las pruebas y aún con sus cámaras de vigilancia, sabiendo que ella me robó y atentó contra mí persona, no la sacaron y a mí me corrieron y no le bastó, me acosaba investigó donde vivía y hasta me demandó y yo no sabía porque podía hacer todo eso hasta que mismas compañeras de ahí me quitaron la venda y me mostraron fotografías sentimentales de ella con el Sr. Ulises García y ahora entiendo porque todas las compañeras que ella ha tenido en años, han salido mal de ahí con ella, porque la empresa la defiende, RH, seguridad, gerencia, nadie le puede hacer nada, los rateros siguen y seguirán siendo los de arriba, siempre los jefes y más si los manda ese Sr. Ulises García. Siempre vamos a perder los que trabajamos honestamente.”

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Durante años no soporté al perro de mi vecino.
Cada tarde, sin falta, en cuanto giraba con el coche hacia nuestra pequeña calle de Toledo, antes incluso de ver el río Tajo, él empezaba a ladrar. Fuerte, agudo, insistente.
Podía estar aún al principio de la calle y ya sentía cómo algo se me encogía por dentro. Ese ladrido metálico cortaba el aire como un cuchillo.

Al principio me decía: los perros ladran, es lo que hacen.
Pero con el tiempo, aquel sonido se me metió bajo la piel.
Murmuraba cada vez que lo oía: ese perro me tiene manía.
Cerraba la puerta del coche de golpe, subía más rápido la cuesta de la casa, como si pudiera escapar del ruido.
Se había vuelto algo personal, como si me retara.

Mi mujer lo veía de otra manera.
—No es malo —me dijo una noche mirando por la ventana—. Está solo. Siempre atado, haga sol o llueva. Nadie le habla.

Tenía razón. Los vecinos no eran precisamente cariñosos. La luz del patio quedaba encendida todas las noches, pero nunca salían.
El perro, un mestizo marrón con una oreja caída y ojos del color de las hojas mojadas, estaba siempre en el mismo rincón. Un cuenco rajado, una manta que apenas lo era.

A veces mi mujer le tiraba un trozo de pan por encima del muro.
—Al menos que alguien piense en él —decía.
Y cuando no podía hacerlo, me pedía que lo hiciera yo. Refunfuñaba, pero lo hacía.
El perro ladraba una vez, tal vez como agradecimiento. Yo giraba la cara para no cruzar su mirada.
Así pasaban los años: su ladrido, mis suspiros.

El tiempo siguió su curso. Su ladrido se volvió parte de nuestras vidas, como el tic tac del reloj. Al principio molesto, luego familiar.
Ladraba cuando llegaba a casa, al cartero, a los truenos, a las sombras.
Ladraba al mundo para decir: sigo aquí.
Y sin darme cuenta, me acostumbré a necesitar ese sonido.

Hasta que un día llegó el silencio.
Era el día en que traía a mi mujer del hospital.
Había estado enferma mucho tiempo.
Conduje por la calle de siempre, el Tajo a la izquierda, el Alcázar al fondo.
Apagué el motor. Nada.
—¿Lo oyes? —me preguntó.
—¿Qué?
—El perro. No ladra.

El silencio pesaba.
Me acerqué a la valla. El patio estaba vacío. La hierba alta, el cuenco seco.
Llamé a la puerta. Nadie.
Un vecino encogió los hombros: se habían mudado.
Llamé a la protectora de animales.
Me dijeron: «Si hay peligro, entra y avísanos.»

Así lo hice, con el vecino como testigo.
Y allí estaba. Entre bolsas de basura, medio escondido.
Flaco, sucio, temblando.
Las costillas marcadas, la respiración débil.
Alzó un ojo y me miró. El mismo ojo que antes me desafiaba.
Ahora solo había cansancio. Y la mirada de quien ha dejado de esperar.

Me arrodillé y lo levanté en brazos.
Era tan ligero… solo huesos y un poco de calor que me golpeó como un recuerdo.
Nadie respondió cuando llamamos. Lo metí en el coche.

Mi mujer se llevó las manos a la boca.
—Dios mío…
—Los vecinos se han ido —dije—. Lo han dejado atrás.
—Llévalo al veterinario —ordenó. No fue una petición. Asentí.

La veterinaria lo examinó, suspiró y sonrió levemente.
—Deshidratado, muy delgado… pero tiene fuerza. Quiere vivir.
Esa sonrisa abrió algo dentro de mí.

Lo trajimos a casa.
Agua tibia, un poco de comida, una manta vieja.
Le pusimos un nombre: Canela, por el brillo rojizo de su pelaje.
Los primeros días apenas se movía.
Mi mujer tarareaba suavemente, y a veces él levantaba la cabeza, como si recordara una melodía de otra vida.

Días después, al volver del trabajo, el aire olía a lluvia y tierra.
Giré por nuestra calle y lo escuché: un ladrido.
Breve, claro, inconfundible.
Reí en voz alta, sin poder evitarlo.
Lo entendí al fin.

No era ruido.
Era un bienvenido.
Canela decía: has vuelto, te veo.

Desde entonces ladra cada día —cuando corto el césped, cuando salgo, cuando regreso.
Mi mujer lo llama «su manera de querer».
Y tiene razón.

Le acaricio el cuello.
—Antes no entendía tu lenguaje —le digo.
Porque eso era: su idioma.
Ladrar significaba: sigo aquí. No me he rendido. Espero a que alguien me escuche.

Cuando desapareció su voz, algo faltaba.
Cuando volvió, la casa volvió a tener alma.

Por las noches paseo con él junto al río.
La gente se detiene:
—¿Cuántos años tiene? ¿Qué le pasó en la oreja? ¿Por qué te mira así?
Sonrío.
—Era el perro de mi vecino. Ahora es de la familia.

Antes creía que el silencio era paz.
Ahora sé que, a veces, un poco de ruido es lo más hermoso del mundo.

Cuando entro en nuestra calle y lo oigo ladrar, bajo la ventanilla.
Dejo que su voz entre como aire fresco.
Ya no es ruido.
Es lealtad. Es perdón.
Es el sonido de una segunda oportunidad.
Es el sonido del hogar.

Laborissmo seguirá informando…