En relación al conflicto de huelga en el Poder Judicial del Estado de Michoacán, con el Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Poder Judicial, que ya fue conjurado en días pasados, en el que destacó la atipicidad del movimiento, por decretar el Tribunal de Conciliación y Arbitraje, una huelga de “puertas abiertas”, soslayando la suspensión del trabajo, como principio y fin legal de la huelga y en la que por condiciones inexplicables, se les re victimizó por parte del Poder Judicial Federal, en el amparo impetrado en ese sentido por el gremio sindical, en la suspensión provisional y definitiva del acto reclamado, decretando la validez del fallo ilegal de “puertas abiertas”, así como las molestias que ocasionó a los justiciables la impartición de justicia no eficaz, porque los trabajadores de confianza y de contrato no pudieron satisfacer a carta cabal, las cargas laborales que el día a día exige, de las que se dieron cuenta en manifestaciones públicas, tanto de litigantes, como de trabajadores de contrato.

Llegándose a los acuerdos que el Poder Judicial de Michoacán se comprometía a respetar las condiciones de trabajo, a un aumento salarial consistente en un porcentaje equivalente al 3.5% directo al salario base, 3.5% a compensación y 1.5% a prestaciones, el otorgamiento de 50 bases definitivas, a cubrir en su totalidad e íntegramente el pago de salarios y prestaciones de los sindicalizados, en todo el tiempo que estuvieron en huelga, a llevar a cabo una revisión del tabulador salarial de dichos trabajadores, a revisar el reglamento de la Comisión de Carrera Judicial, entre otros de menor importancia.

Empero, al interior del gremio sindicalizado, los ánimos están caldeados, se cree  que no hubo suficiente transparencia, desde el momento que no se dio a conocer copia íntegra, del pliego de peticiones, al incidente que se promovió, las constancias de los amparos, etcétera, que hubieron incongruencias en las entrevistas que dio a los medios de comunicación, la líder sindical, al hecho de que los asesores legales no dieran la cara ante el gremio y que lo único que le importaba era obtener las bases, sienten que se sirvió de ellos; que no se logró el bono que se negoció con el anterior presidente, que les ganó el miedo y la presión económica, que la patronal se salió con la suya haciendo creer a la sociedad que los sueldos son excelentes, cuando no es así, que los proyectistas son los que realmente hacen el trabajo al juzgar en sentencia y que los jueces solo firman, que todos tienen que realizar infinidad de tareas.

Así también, en el ánimo de los trabajadores de contrato, no hay un buen sabor de boca, principalmente porque las conquistas laborales a ellos no les llegan y sí la patronal los usa como carne de cañón, sintiéndose trabajadores de segunda, cuando hacen labor de primera categoría.

Si bien es cierto que en el Poder Judicial se han dado pocos movimientos huelguísticos, y que por ende no están suficiente avezados con esos temas, también es verdad que a través de educación sindical se puede ir capacitando a los trabajadores a una cultura de exigencia de mejoras continuas del trabajo, en todos los ámbitos de sus funciones, ambientes laborales mejores y mayor liderazgo, por lo que respecta al sindicato y a un manejo más eficiente y coordinado de  los recursos humanos, con capacitación de calidad, por lo que respecta al consejo de la judicatura.

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