Por Arturo Ismael Ibarra Dávalos
La contramarcha oficial, encabezada por el Presidente Andrés Manuel López
Obrador, transcurrió entre el
desorden y un evidente acarreo de manifestantes, un mitin que duró un aproximado de 105 minutos, ante un zócalo que no se llenó.
La locura de AMLO tiene y seguirá teniendo un alto costo para los mexicanos, el domingo 27 de septiembre quedó demostrado que ha perdido la popularidad, con la cual llegó al poder en el 2018, su marcha de la revancha, pasó a ser la marcha de la vergüenza, desde la madrugada del domingo llegaron cientos de autobúses haciendo recorridos de hasta 30 horas, acarreando de todos los estados, hubo pase de lista, tortas, aguas, mantas, etc.
Millones de pesos, tirados a la basura para satisfacer las necesidades de un hombre loco de poder, lo acontecido el día domingo, evidenció la falta de cordura de un presidente que sólo ha dividido y polarizado a la Nación.
Miles de mexicanos marcharon obligados por sus dirigentes sindicales, otros más obligados por la ignorancia, y con miedo a perder las tan famosas becas, que se entregan a nombre de AMLO, y que les quieren hacer creer que perderán si no continúa en el poder.
El país es un ‘”santuario de
libertades”. Expresó ante los asistentes a la marcha
el presidente López Obrador y aseveró que en lo que va de su gobierno se ha reducido la incidencia delictiva y se combate al crimen organizado sin hacer acuerdos.
Resaltó, también, la vocación de justicia y democracia
que existe en su gobierno, el
respeto al Estado laico y los
derechos humanos.
Un discurso lleno de mentiras como solo el sabe hacer y dándole al pueblo las palabras que quieren escuchar.
En el camino lo mismo se oían
críticas de acarreo, pero también aplausos y gritos de simpatizantes y de sus ‘corcholatas’ presidenciables.
Una Claudia de la mano de Augusto desfilando fieles, cuál perros falderos, mientras se observaba un Marcelo distante y guardando una distancia prudente.
Marcha, procesión o víacrusis, me pierdo en la descripción de lo que realmente fue, como a miles de mexicanos les pasó y me siento como Cantinflas, ya qué no sé si fue desfile, manifestación o sólo gente adorando aun loco esquizofrénico.