REFLEXION DOMINICAL DEL PADRE PISTOLAS

Domingo 02 de marzo de 2025

TEMA: LA CONVERSION DEBE DE SER TOTAL

El libro del Sirácides o eclesiástico e igual al evangelio de San Juan nos hablan de una transformación integral total de la persona humana sobre todo de su integridad interior especialmente y comparada como al usar el cedazo así también o hay que juzgar a una persona hasta que hable porque en la discusión aparecen los defectos del hombre, en el horno aparece lo bien hecho a lo mal hecho de una vasija de barro y el árbol se conoce por sus frutos nunca sabes a nadie antes de que hables porque esa es la prueba del hombre.
En el evangelio aparece una continuidad del sermón de la montaña después de las bienaventuranzas del amor a los enemigos y  nos da una serie de sabios consejos.
1º. ¿Puede acaso un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? Sobre todo lo decía al criticar a los fariseos que se creían puros y sabios y lo que eran, eran unos hipócritas antes de sentirse maestro requierenhumildad estudiar mucho la escritura y libros sabios y sobre todo una integridad intachable y un contacto muy grande con la sociedad con antiguos consejos y actuales.
2º. El discípulo no es superior a su maestro si acaso será igual al término de su aprendizaje por lo tanto tenemos que consultar y hacer caso a sus enseñanzas todo el tiempo.
3º. Por qué ves la paja en él lo ajeno de tu hermano y no ves el leño en el tuyo? Aquí nuevamente se equivocan los traductores de la biblia no es la viga sino el leño, igual cuando dicen que un camello por el agujero de una aguja, es más bien un lazo o riata, hipócrita quítate el leño de tu ojo y luego quitas la paja de tu hermano, quiere decir que debemos aplicar defectos para poder corregir a los demás, lo borracho, lo flojo, la ira, cuando lo mentiroso, la homosexualidad o la infidelidad de nuestros parientes, la falta de piedad, que no vamos a misa, la falta de caridad al prójimo, etc.
4º. No hay árbol bueno que produzca frutos malos o al revés, esto quiere decir que no hay que juzgar las apariencias, el vestido, el lenguaje, lo bromista sino hay que ver el comportamiento, los hechos, las obras que hacen por su familia y por la sociedad que demuestran una verdadera conversión que casi siempre requiere de tiempo y no como San Pablo por una rayo o como San Agustín que leyó la carta  a los romanos para una conversión inmediata, si no que requiere tiempo y dedicación venciendo obstáculos, poco a poco llegando lejos.
5º. El hombre bueno dice cosas buenas porque de la abundancia del corazón habla la boca.
Hoy en día la iglesia requiere para cambiar líderes que hagan cosas buenas y no nada más que hablen bonito.
En un manicomio había un loquito que acariciaba una muñeca y decía:
Mi mujer se me fue con otro y en la siguiente celda había otro que se daba topes en la pared. Era el otro.

Que Dios los bendiga.