“Día del Estudiante: Memoria, Lucha y Esperanza”

Por Arturo Pérez Arévalo.

Cada 23 de mayo, México honra a quienes, con lápiz en mano y sueños en el corazón, construyen el porvenir: los estudiantes. Este día no solo celebra la energía juvenil que llena las aulas, sino también conmemora las huellas imborrables de lucha, sacrificio y valentía que han marcado nuestra historia.

Recordar el movimiento estudiantil de 1968 es indispensable. Aquellos jóvenes, armados únicamente con ideas y la convicción de transformar a su país, enfrentaron con coraje la represión y dejaron un legado de conciencia social que aún resuena. Su voz, silenciada violentamente, sembró la semilla de una generación que no temió cuestionar las injusticias ni exigir un México más libre y democrático.

Hoy, el rostro del estudiante ha cambiado, pero su esencia permanece: son la fuerza motora que impulsa la transformación desde las aulas, espacios donde la educación se convierte en el arma más poderosa para construir un país más justo, equitativo, sostenible y sustentable. En cada proyecto, en cada cuestionamiento, en cada sueño de cambio, los estudiantes son el reflejo del México que aspira a ser mejor.

En un mundo cada vez más desafiante, el papel del estudiante trasciende las paredes de la escuela. Participan activamente en la defensa del medio ambiente, en la innovación tecnológica, en el impulso a los derechos humanos y en la reconstrucción del tejido social. Son líderes en formación, pensadores críticos, y sobre todo, esperanza viva de un futuro más digno.

Hoy más que nunca, celebramos a quienes estudian no solo para superarse, sino para transformar su entorno. Porque en ellos está sembrada la promesa de un México donde la justicia no sea un privilegio, sino un derecho; donde la equidad no sea un ideal, sino una realidad; donde la sustentabilidad no sea una opción, sino un compromiso.

¡Feliz Día del Estudiante! Su voz, su lucha y su pasión siguen siendo el corazón palpitante de una nación en marcha hacia un futuro mejor.