– Me gustas mucho, eres como un jarrito de café en las mañanas. Como una tortilla recién hecha, un taquito de sal, una pera recién cortada de la huerta.
Me gustas tanto, como el mole rojo que hacía mi abuela, como los dulces de leche que compraba en la feria. Te veo y eres como un atardecer de mi infancia, cuando el sol se iba poniendo entre los surcos de la milpa y olía a tierra mojada.
Desearía echar raíces en tu espalda, sembrarme entre tus manitas y verme retoñar. Eres para mí, corazón, como un atolito de avena y tus besos como un pedacito de pan.
Tan delicioso en mi vida, como un tamalito de salsa verde, como cajeta dulce en los días amargos. Me gustas tanto, como para llamarte patria, para firmar un contrato sin leer las consecuencias.
Eres tú, como un mango con limón y chilito en una tarde fresca, como todo aquello que soñaba cuando era pequeña y que de grande pude cumplir-.
✍️ Mercedes Reyes Arteaga
Orgullo Mexicano.
Crédito de fotografía a quien corresponda.