La santería cubana, o Regla de Ocha, es una religión afrocubana que combina creencias yorubas con elementos del catolicismo, desarrollándose en Cuba a raíz de la trata de esclavos africanos.
Se centra en la adoración de los orichas (deidades yorubas) que se sincretizan con santos católicos, y utiliza rituales, ofrendas y sacrificios para la comunicación con estas deidades y la búsqueda de bienestar.
Es una religión muy arraigada en la cultura popular cubana, con influencias en su arte, música y costumbres.
Orígenes y Sincretismo
La santería proviene de la religión del pueblo Yoruba, del suroeste de Nigeria, y llegó a Cuba a través de los esclavos africanos.
Para poder practicar sus creencias sin ser perseguidos durante la colonización española, los esclavos africanos identificaron a sus orichas con los santos de la Iglesia Católica. De ahí nace el sincretismo religioso.
Eleguá, es un oricha importante, se asocia con el Santo Niño de Atocha o San Antonio de Padua, mientras que Yemayá, la diosa del mar, se relaciona con la Virgen de los Mares.
Los practicantes veneran a los orichas, que son considerados emisarios del Olodumare (dios principal y creador) y que representan fuerzas de la naturaleza y aspectos de la vida humana.
Se realizan rituales, danzas y ofrendas, que pueden incluir frutas, flores y, en algunos casos, sacrificios de animales (cuya carne se consume después) para honrar a los orichas y obtener su bendición o ayuda.
Se usan métodos de adivinación como los caracoles (diloggún) para comunicarse con los orichas y obtener respuestas a las preguntas.
La santería influye en la vida privada y social, guiando a las personas y ofreciendo soluciones a sus problemas.
Más allá de lo religioso, la santería es parte constitutiva de la cultura nacional cubana, visible en el arte, la música (como los tambores Batá) y las vestimentas tradicionales.
Ha servido como un espacio de legitimación y resistencia para comunidades marginadas, incluyendo a mujeres y personas de la comunidad LGTB.
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