Escuchemos a García Estefan; Lo Necesita Michoacán

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El abogado Luis Carlos García Estefan escribió en su cuenta personal de Facebook, lo siguiente:

“El pasado martes comparecí ante las Comisiones Unidas de Gobernación y Puntos Constitucionales, así como la Comisión de Justicia del Congreso del Estado para presentarles mi visión acerca de la Nueva Fiscalía General del Estado que me gustaría dirigir.

Les comparto mi visión:

Conozco la realidad de nuestro estado porque aquí vivo, porque tengo contacto de todos los días con diferentes integrantes de los sectores productivos, sociales y económicos que me permiten establecer un compromiso de hacer de la nueva figura de la Fiscalía General, una garantía de trabajo y apego estricto a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

La función primordial de la Fiscalía General, a mi modo de ver las cosas, es hacer de esa nueva institución una fuente de confianza de respeto de los derechos fundamentales.

La defensa de los valores fundamentales que emanan de nuestra Constitución deben ser el pilar del Fiscal General y de todos los integrantes de la Institución.
Dentro de ese marco constitucional, es importante mencionar que mi planteamiento como aspirante a Fiscal General, es que debemos privilegiar la buena fe, la voluntad institucional para que las víctimas se sientan atendidas suficientemente y que las partes vean en la institución un operador jurídico fuerte y sin más compromiso que con la Ley.

Los deberes que me comprometo a asumir serán los de eficiencia, capacidad, control de operación pero por sobre todo: el respeto a los derechos fundamentales y los derechos humanos.

La Consulta Nacional sobre el modelo de procuración de Justicia, arroja como conclusiones las siguientes:

Las instituciones de procuración de justicia se perciben como espacios en donde existe corrupción, abundan irregularidades y no generan certeza…” “Las quejas sobre la procuración de justicia inician con la forma en la que las personas que acuden a denunciar los delitos son atendidas. Con frecuencia se encuentran con funcionarios que tratan de disuadirlos para no presentar sus denuncias, con largas esperas…”

Pero esto ya lo sabíamos y de todos es conocido.

Otro dato que merece especial atención es, que un alto número de las víctimas que acuden a las fiscalías son mujeres que han sufrido algún tipo de violencia y que los servicios que reciben en las procuradurías son de muy mala calidad, lo que tiene como resultado que las mujeres sean inhibidas a denunciar la violencia de la que son objeto.

Esa falta de confianza de los ciudadanos hacia las procuradurías se ha venido generando desde hace varios años, el deterioro ha sido muy fuerte, las deficiencias en la operación de las procuradurías y las constantes violaciones a los derechos humanos, que en ellas se cometen, han generado una percepción de impunidad de cara a la sociedad, teniendo como consecuencia lógica, la pérdida de credibilidad en las instituciones de procuración de justicia por parte de la ciudadanía.

Los datos duros no mienten, según el Índice Global de Impunidad elaborado por el Centro de Estudios sobre Impunidad y Justicia, coloca a México en cuarto lugar mundial y primer lugar en América Latina en impunidad, lo cual es corroborado por la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE), que elabora el INEGI, según la cual sólo el 4.46% de los delitos reportados tiene una sentencia condenatoria.

Con resultados como estos, es evidente que el primer gran reto que habré de enfrentar como Fiscal General, es recuperar la confianza de los ciudadanos, para lo cual se deben introducir cambios radicales en el nuevo órgano autónomo; la meta es garantizar que todo ciudadano – víctimas, testigos o imputados – reciban un trato digno, humano y sensible por parte de los funcionarios de la Fiscalía, dando soluciones eficaces a los problemas que les son planteados.

En resumen, la Fiscalía General de Justicia debe dirigirse en su actuar bajo el principio de legalidad que consiste en la obligación que tiene toda autoridad de actuar única y exclusivamente en cumplimiento de las disposiciones legales en vigor.

Por lo tanto, para el cumplimiento de los fines de la Fiscalía General, su titular debe tener la capacidad para vigilar que la Fiscalía General sea realmente una Institución de buena fe, es decir, que a la víctima no la trate como al imputado y que al imputado se le garantice la presunción de inocencia.”

“Nunca más una víctima que sea tratada como imputado, ni un imputado que sea tratado como víctima”.

Lo transcribimos porqué lo creemos viable para ocupar tan importante función.

Laborissmo seguirá informando…