La Junta de Gobierno que encabezan Ricardo Casiano y Ramón Ramírez ha dado un paso más en el desmantelamiento del Conservatorio, con la destitución del director general de los Niveles Básicos, maestro Guillermo Viveros, hecho que ha generado fuertes críticas de los padres y madres de familia.
En el último año han salido de la institución varias personas que contribuyeron de manera fundamental a la construcción del Conservatorio. Entre ellas: la maestra Mercedes Gómez, responsable de la planeación académica y directora fundadora de los niveles básicos (trabajó en el Conservatorio unos 3 lustros), el doctor Luis Jaime Cortez, fundador del campus y de la etapa moderna del Conservatorio (estuvo al servicio de la institución por 23 años), y el maestro Guillermo Viveros (maestro y luego directivo por más de 3 lustros). A ello hay que sumar la salida del administrador Félix Cortés (trabajó para la institución por aproximadamente 20 años) y Rocío Bejar, asistente del maestro Viveros. La única persona que queda del equipo que construyó el moderno conservatorio es la maestra Míriam Pérez, directora del bachillerato y la licenciatura, pero corren fuertes rumores de que pronto será también despedida (y hasta ahora los rumores se han ido confirmando uno por uno). Hay varios otros nombres que se mencionan en la lista de despidos.
La estrategia parece consistir, en opinión de los padres de familia, en despedir a los trabajadores que tienen mayor antigüedad en la institución, sin ningún tipo de respeto por sus derechos laborales (en esta primera etapa, fundamentalmente trabajadores de confianza). ¿Será el plan deshacerse de los compromisos con quienes han dado su vida al Conservatorio, para hacer más viable una reestructuración definitiva?, se preguntan.
Trascendió además que la maestra Dahlia Cisneros realizó una reunión con el personal a su cargo, todavía en su calidad de directora de la secundaria, según sus palabras, para aclarar dos rumores que corrían por los pasillos. El primero, que ella no tenía una relación sentimental con el Secretario General del Sindicato, Mtro. Cuauhtémoc Trejo. Y segundo, que no sería directora general del campus.
A los dos días, sin embargo, fue nombrada Directora General del campus. Los papás estaban desconcertados, pues poco antes Casiano y Ramírez se habían comprometido con ellos a que no habría más cambios después de la salida del Rector Luis Jaime Cortez. Las mesas directivas cuestionaron severamente por ello a Casiano y Ramírez, y la respuesta que obtuvieron fue ambigua y contradictoria, pues dieron varias razones, inconsistentes entre sí, para el despido de Viveros. Primero se adujo que había “filtrado información” sobre el caso de un niño específico, cuando lo que hizo el maestro Viveros, según los propios papás, fue cumplir los protocolos definidos en la Ley de Educación. Luego, en una circular firmada por Ricardo Casiano, no se menciona nada al respecto, y se explica que el despido se debe a los resultados de “la auditoría” (sic: dieron traspié tras tropezón, como en el caso del Dr. Cortez). Más tarde, en la reunión exigida por los padres de familia, se explicó otra cosa, que el despido se derivaba del hecho de que el maestro Viveros había aprobado demasiadas becas, lo cual provocaba un daño patrimonial. Se sabe en el campus, sin embargo, que el maestro Viveros no tenía facultades para aprobar ninguna beca, y que el descuento correspondiente a los becarios se establece en el carnet de pagos desde la administración central.
No lograron, por tanto, convencer a los papás de las razones para despedir a una persona que, por otro lado, es plenamente reconocida por su trabajo. Los papás se sentían seguros al dejar a sus hijos en la escuela, y los niños y niñas se sentían arropados por el maestro Viveros, quien atendía personalmente cualquier contingencia cotidiana. El maestro Viveros había logrado construir un ambiente de confianza y seguridad que ahora ha sido roto.
Es destacable también el hecho de que los papás y mamás fueron a protestar en un estado de indignación general, pero el asunto fue “contenido” de varias maneras, entre ellas con la presencia del Secretario General del Sindicato, quien hacía fotos con su celular, en una actitud ostentosamente intimidatoria, de quienes expresaban su descontento.
Por su parte, el Vicepresidente Ramírez expresó a algunos papás que no conocía en realidad a la maestra Dahlia, salvo porque había sido directora de la secundaria, y que su nombramiento era sólo un interinato. Con ello sólo logró agregar un elemento de provisionalidad a un escenario ya de por sí confuso.
Los papás habían objetado el nombramiento de la maestra, pues señalaban su perfil lejano de la música, a lo que el señor Ramírez respondió escueta y contundentemente: “esta no es una escuela de música”.
Laborissmo seguirá informando…