Laborissmo, se dio cita en el aeropuerto Francisco J. Múgica, en las inmediaciones de los poblados de Alvaro Obregón y Zinapécuaro, pasando previamente la requisa de mas de un centenar de efectivos de la Gendarmería  y de la policía canina y esperamos con paciencia el arribo del Sumo Pontífice, mientras nos alegrábamos al compas del Juan Colorado, Lindo Michoacán, Arriba Pichátaro, Caminos de Michoacán y demás canciones, que interpretaban los músicos, dispuestos para tal acontecimiento.

Arribó aproximadamente a las 18:00 horas, en el helicóptero Puma, y al bajar de él, los cientos de personas que se encontraban en espera, se llenaron de júbilo… Caminó hasta la gradería, al tiempo que el Gobernador del Estado de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo, lo tomaba del brazo y lo conducía, a la alfombra roja, cerca de la escalera dispuesta a un lado del avión que lo condujera a su destino, mientras lo vítores de la gente, no se hacían esperar… Ahí saludó a algunos cuentos que tuvieron el privilegio de estar cerca.

Subió la escalinata y al llegar a la puerta de acceso del avión, que lo esperaba, con insignias de nuestra bandera nacional, volteó y dijo Adiós, pero su rostro estaba iluminado…

Y emprendió su regreso a la Ciudad de México, dejando en Michoacán su mensaje. Ahora a los Michoacanos nos toca hacer la tarea… ¿Estaremos dispuestos?.