OBSERVATORIO NICOLAITA
POR: M.C. ALEJANDRO MARTÍNEZ FUENTES
24 de septiembre de 2019
EL ACOSO SEXUAL, UN FENÓMENO TAN REAL COMO INVISIBLE
En los últimos días circuló en las redes sociales un video donde un profesor universitario lleva en su automóvil a una alumna a “X” domicilio. Durante el trayecto aquél le hace una serie de insinuaciones a la muchacha, quien grabó sigilosamente al catedrático; también durante la semana pasada un grupo de alumnas “irrumpieron” en el acto protocolario de la instalación de la red sísmica nicolaita, cuando el rector Dr. Raúl Cárdenas Navarro se encontraba acompañado del gobernador Silvano Aureoles Conejo, para manifestar su enérgica protesta contra el acoso sexual de que son objeto las alumnas de las distintas dependencias universitarias.
El acoso sexual no es nuevo, ha existido toda la vida, no solamente en la Casa de Hidalgo, también se da en el sector público y privado y no solamente contra las mujeres, también contra los hombres.
En el caso particular de la Universidad Michoacana, muchas alumnas y alumnos han dejado las aulas por no acceder a las perversas intenciones de profesores que sin ningún escrúpulo los presionan con tal de satisfacer sus bajos instintos; no solamente los alumnos son objeto de este lamentable fenómeno, también los empleados, sin que haya una autoridad universitaria capaz de atender con diligencia y eficacia las denuncias que valientemente hacen las afectadas (os).
La mayoría de las dependencias universitarias académicas están conformadas por grupos fácticos de poder. Si el acosador o acosadora —según sea el caso— corre con la suerte de ser parte de ese grupo que controla la dependencia en cuestión, ya se fregó la afectada o el afectado, ya que su denuncia o queja no prosperará. El titular de la dependencia defenderá a su aliado sea colaborador o profesor, pues los intereses políticos siempre estarán por encima de la dignidad humana en su dependencia académica, es una pena, pero también es una realidad. ¿Cuántos funcionarios o jefes y profesores en la Universidad viven en la más absoluta impunidad? Muchas alumnas(os), llevan a cuestas esas terribles experiencias; las personas que acceden a esos acosos, por lo general les marcan la vida y normalmente se llenan de justificada amargura.
Quien esto escribe, en su oportunidad, hace ya varios años, denunció a un profesor acosador enfermizo, ante el director en turno. La afectada me depositó su confianza, quien por miedo no se atrevía a denunciar, y ¿saben ustedes qué pasó? Absolutamente nada, ya que el profesor acosador era parte del grupo del director en funciones y ahí paró todo. Luego entonces, ¿Para qué denunciar si en la mayoría de los casos no pasa nada o a veces resulta hasta contraproducente? Esta es la razón que motiva a la mayoría a callar. Sólo en los casos en que los acosadores son contrarios al grupo que controla la dependencia es que se llega hacer algo, y eso en sus honrosas excepciones: las evidencias están a la vista: ¿cuántos casos de acosos sexuales se conocen en la Universidad? ¿Cuántos son denunciados? Y lo peor, ¿cuántos son sancionados con el peso de la ley? ¿Cuántos alumnos (as) son objeto de ofensas, humillaciones y vejaciones por sus preferencias sexuales en las instalaciones universitarias sin que nadie salga a su defensa?
Los comentarios de algunos profesores machistas, señalan a las alumnas como las provocadoras de despertar en ellos sus bajos instintos, ya sea por su forma de vestir, por su coquetería o por probables insinuaciones. Sin embargo, en el lejano supuesto de que esto fuera cierto, ello no justifica la actuación exacerbada del profesor, jefe o compañero de escuela o de trabajo.
Pese a que este flagelo no es nuevo en la Universidad Michoacana, hasta este momento no se han creado departamentos u oficinas a ex profeso en las dependencias académicas que le den un puntual seguimiento a las causas de la deserción escolar, lo más que se ha hecho en ese sentido es asignarle la comisión a un profesor amigo de tiempo completo como parte de su carga horaria, comisión que en la mayoría de los casos se cumple a medias o simplemente no se cumple. Es por ello, que no se cuenta con evidencias objetivas y claras para integrar una información estadística que nos permita tener, al menos una idea del comportamiento de las principales causas de la deserción escolar.
Es urgente que la administración que encabeza el Dr. Raúl Cárdenas Navarro redoble sus esfuerzos con el propósito de no dejar en un estado de indefensión a tantos universitarios que llegan con ilusión a la Casa de Hidalgo a formarse en una carrera que le permita contribuir a su desarrollo personal, familiar y social. Si anteriormente estos actos denigrantes no se visualizaban, hoy por hoy saltan a la vista de todo mundo. Confiamos en que pronto se instruya a quién corresponda para que actúe con eficacia. No importa que nos quedemos con menos profesores, jefes o funcionarios. Seguramente, vendrán otros con mayor compromiso académico, pero sobre todo con principios éticos y morales sólidos.