“ES UN ORGULLO REPRESENTAR A LA JUSTICIA, LA EQUIDAD, IGUALDAD Y A LA SOCIEDAD. SI VUELVO A NACER… VOLVERÍA A REPRESENTAR A MILES DE CIUDADANOS QUE BUSCAN SALVAGUARDAR SUS DERECHOS”
El vocablo “ABOGADO” (proviene del latín advocatus, “llamado en auxilio”) entonces, es aquella persona que ejerce profesionalmente la defensa jurídica de una de las partes en un juicio, así como los procesos judiciales y administrativos ocasionados o sufridos por ella.
12 DE JULIO, ES UN DÍA MUY ESPECIAL
El Día del Abogado es una fecha de relevancia en el ámbito legal de muchos países, incluyendo México. Cada 12 de julio, abogados y juristas de todo el mundo celebran esta ocasión, pero ¿cuál es la historia detrás de esta conmemoración y por qué es importante?
LA IMPORTANCIA DE LOS ABOGADOS EN LA SOCIEDAD
Los abogados desempeñan un papel esencial en la sociedad moderna, siendo guardianes de la justicia, defensores de los derechos individuales y colectivos, y agentes clave en la resolución de conflictos. Nuestra labor trasciende las páginas de Códigos y Leyes, ya que su influencia se extiende a todos los aspectos de la vida, desde la protección de los más vulnerables hasta la representación de intereses comerciales y la preservación del estado de derecho. En este contexto, el Día del Abogado es una oportunidad significativa para reconocer y celebrar la contribución invaluable que los abogados hacen a nuestras comunidades y a la búsqueda constante de un sistema legal más justo y equitativo.
Incluso, existen casos legales históricos que han desempeñado un papel fundamental en la evolución del sistema social. Por ejemplo, en 1954, el caso Brown vs. Junta de Educación marcó un hito en la lucha contra la segregación racial en las escuelas públicas, sentando un precedente importante en la defensa de la igualdad de derechos.
En 1966, el caso Miranda vs. Arizona estableció el derecho de los detenidos a ser informados de sus derechos antes de ser interrogados, dando lugar al famoso “derecho a guardar silencio”. Y más recientemente, en 2015, el caso Obergefell vs. Hodges fue un punto de inflexión en la lucha por el matrimonio igualitario al garantizar el derecho al matrimonio para parejas del mismo sexo en todos los estados de EE. UU. Estos casos ejemplifican el poder transformador de la abogacía en la promoción de la justicia y los derechos civiles en la sociedad.
EN MÉXICO
El día del abogado es un festejo que comienza en nuestro país el 12 de julio de 1960, pero que se inspira en la primera cátedra de Derecho de la Real y Pontificia Universidad de México, impartida por el Lic. Don Bartolomé Frías y Albornoz, precisamente un 12 de julio de 1533. Más que festejar a los estudiosos del derecho, sirve para RECORDAR a todos los mexicanos la responsabilidad que tenemos para respetar las normas, creer en la justicia y vivir honestamente y en paz.
El abogado es un profesional del derecho que lucha por conseguir la Justicia. Recordemos que, en todos estos años, las leyes; los abogados; las costumbres y el entorno histórico social ha sido motivo de múltiples cambios, sin embargo, la esencia propia del abogado -es decir, el deber que tenemos de actuar a favor de los intereses de nuestros clientes-, ha permanecido en el cambio y hace que nuestra profesión sea una de las más nobles, incluyentes y cuestionadas en nuestro país y en el mundo.
A TODOS MIS COLEGAS (y Colegos) LES DESEO LO MEJOR Y RECONOZCO SU PRESENCIA
Pero, ¿por qué se escogió esta fecha? Según documentos históricos, el 12 de julio de 1553 se estableció en el Virreinato de la Nueva España la primera cátedra para la enseñanza del Derecho, cátedra que se impartió luego de que en el país se estableció la Real y Pontificia Universidad de México el 25 de enero de 1553.10.
YO SOY EL ABOGADO
El que todas las mañanas va recorriendo juzgados
y que anda a los apurones por ese escrito con cargo.
El que soporta la espera, el que se banca los paros,
y debe poner la cara justificando el atraso.
El que abre el escritorio y sale a ganarse el mango,
porque se vienen las cuentas y todo sigue a despacho.
El que no tiene licencias, ni salarios, ni aguinaldo,
y debe pelearla duro, porque se cobra salteado.
Yo soy el abogado.
Muchas veces de pleitero, injustamente acusado.
Al que todos lo consultan cuando se ven apurados
en la calle, en el cine, y en la cola del mercado,
y al que nadie le pregunta: ¿Doctor, se le debe algo?
Yo soy el abogado.
El que tantas veces pone su paciencia de artesano
para llegar al final con deudor insolventado.
El de cédulas y oficios, a pulmón diligenciados.
El que debe tolerar el sistema colapsado,
las nuevas disposiciones de Rentas y de Catastro,
los timbrados del Registro y el humor del funcionario.
Yo soy el abogado.
El que hace de estratega, de confesor, y de malo,
de mediador y de amigo, de psicólogo y de hermano.
El que sale a cara o cruz, con niebla o lluvia viajando,
porque justo le fijaron una audiencia bien temprano.
El que se muerde los labios porque el testigo ha faltado.
El que sufre taquicardia mientras va leyendo el fallo.
Del mostrador, para acá. Del pasillo, quede claro.
El que recorre Juzgados, durante meses y años.
A mucha honra señor, YO SOY EL ABOGADO.
Atte.:
Mtro. Arturo Ismael Ibarra Dávalos