Las reacciones al primer debate presidencial de México, son bastantes, principalmente sobre la confrontación de propuestas entre los cinco candidatos a “Los Pinos”.

Creemos que no hubo un ganador claro. La estrategia de López Obrador, se basó más en defender sus “propuestas” bien memorizadas, siguiendo un guion, que de los ataques de sus contrincantes y acusaciones ajenas.

Es más éste sorprendió a la audiencia cuando habló del caso de corrupción de La Estafa Maestra, con la desviación millonaria en la Secretaria de Desarrollo Social, dependencia que él encabezó.

Los independientes “tuvieron una actuación discreta”, aunque la propuesta de “El Bronco” de cortar la mano al servidor público que robe, fue la que más se comentó en redes sociales a través de los clásicos memes.

No fueron claras las propuestas de los candidatos para erradicar el crimen y la violencia en México. Aparte de exhibiciones de balas y gráficos, se manifestó una falta de ideas innovadoras y todas muy generales, a excepción de la propuesta de Rodríguez Calderón y de la sugerencia de AMLO de perdonar a los criminales. En relación con esta última, el morenista no dio más detalles de esta propuesta en el debate.

Los ataques de los contrincantes a López Obrador y pone el acento en la moderación del discurso de este último. Primero en su intención de dialogar sobre cualquier tema que afecte a México. Segundo, cuando dijo que su gobierno representaría tanto a ricos como a pobres.

Todos los candidatos, incluido Meade, reconocieron el fracaso de las leyes contra el crimen y el reforzamiento de la policía.

El INE preparó el debate hasta el último detalle éste empezó con tensión, por parte de los organizadores, porque temían repetir el mismo error que el #DebateChilango: aburrir; por parte de los asesores de los candidatos, porque era la primera vez que se realizaba un debate con preguntas de los moderadores e interpelaciones entre los candidatos.

AMLO fue “previsible” y que le costó adaptarse a la dinámica del evento, pues no acudió a los ensayos. También Anaya creó un momento de tensión cuando mostró la foto del candidato priista con César Duarte.

La bala de “El Bronco”, calificada de “primer golpe dramático”, nacional e internacionalmente y la propuesta de “mochar” la mano al funcionario que robe; la amnistía de AMLO y la “fábrica de pobres” que es México, y el reto de Anaya a Meade para que aclarase los casos de corrupción que han envuelto al PRI en los últimos años, entre otros, sorprendieron.

AMLO aparentemente salió indemne del debate a pesar de la actuación fuerte de Anaya, al panista, orador ingenioso, le faltó un golpe final, si bien se espera que su intervención pueda darle algunos más votantes y que hizo los deberes: atacó a López Obrador por haber criticado en uno de sus libros al corrupto Alfonso Romo, ahora parte de su equipo.

Para algunos Anaya fue el ganador de la noche. AMLO cumplió con su promesa de no entrar en confrontaciones, así que mantuvo aparente compostura y no cayó en las trampas que le tendieron sus contrincantes para no mostrar su “peor rival”: su carácter. Aunque por momentos se le vio apesadumbrado, tan es así que al final se fue sin despedirse de nadie.

Es un hecho que los ataques a López Obrador superaron las propuestas de los candidatos para combatir la inseguridad.

Laborissmo seguirá informando…