*¿ALGO SE DESTRABÓ?*

Resulta por lo menos paradójico que el anterior artículo que escribí y último hasta hoy, “EL MANTO DE LA IMPUNIDAD”, ha dado una vuelta de 180º ciento ochenta grados.
Y debemos decir que no por voluntad presidencial, sino por el efecto “rubio”.
No creo en las casualidades, sino en las causalidades.
Y existe una frase muy conocida en el medio político: “En política las casualidades no existen, ni los accidentes tampoco”.
Por ello, es claro que los cambios que hemos percibido en días recientes, en donde la oposición parece haber tomado nuevos bríos que no había mostrado, durante todo el sexenio pasado y parte del que ha iniciado desde hace ya más de un año, son de llamar la atención.
Es claro que algo se está fraguando internamente.
Y que caerán, como sucedía en sexenios anteriores varias cabezas, a través de una conocida “cacería de brujas”.
La Gran diferencia es que aquí, muchas de esas cabezas auténticamente se ganaron esa guillotina a pulso.
Y podemos mencionar, por referir algunos:
Adán Augusto y ahora también se le suma Arturo Dávila.
Al tiempo veremos en que termina todo esto.
Los cierto es que las pruebas que parecen haber surgido de “fuentes anónimas reflejan claramente evidencias de la comisión de varios delitos.
Y no creemos, no porque sea voluntad de la presidencia -aclaramos-, sino porque están con las “manos atadas” que los vayan a librar tan fácilmente de esta situación.
Porque de hacerlo, le darían a Rubio el motivo perfecto para intervenir de forma más directa en las decisiones de Gobierno. Particularmente en aquellas que tienen que ver con el rubro de impunidad.
Esto es importante que lo tengan presente, especialmente aquellos jóvenes que piensan que “ganar dinero fácil” es el mejor negocio que pueden hacer en su vida.
Porque, ténganlo por seguro, tarde o temprano la Justicia siempre llega.
A veces tardará un poco, tal vez varios sexenios, como ocurrió con el Mayo Zambada y con otros políticos también, pero tarde o temprano, pagan el precio.
Por eso se dice aquella famosa frase “el crimen no paga”. No porque jamás responderán a sus acciones quienes actúan en contra de los demás y se enriquecen a costa de ello, sino porque, mas tarde o más temprano, tendrán que responder por ello.
Algunas veces de manera muy notoria, con prensa y grilletes de por medio. Otras con la salud misma, pero tengan por seguro, que de alguna forma, siempre tendrán que pagar por sus dañinas acciones.
Así que la invitación es clara y directa: “siempre actúen bien o lo mejor posible”. “Nunca dañen a los demás para obtener un beneficio de ellos, o, tarde o temprano lo pagarán”…
¡Gracias!
Atentamente:
Gentleman.