Hay un gran mito de que cuándo hay “restricción”, no te puedes acercar y hoy en audiencia de derecho en el juzgado en materia oral familiar, especializado en violencia familiar y violencia contra la mujer, por razón de género, en el que es juez auxiliar la abogada Griselda Mejía Chimán, lo vivió el ciudadano Ernesto Tena Villaseñor.

El justiciable, sin que se le diera derecho de ser juzgado, sin existir sentencia, no se le permitió conciliar con su aún cónyuge María Elena Valle Arreola, pues la que se dice juzgadora, impidió de manera autoritaria, sin elementos jurídicos y de convicción, que se llevara a cabo una acción de buena voluntad y civilmente permitida, sin importar el derecho superior del menor, ni mucho menos el libre desarrollo de la personalidad.

Es necesario precisar que la parte actora no fue debidamente reconvenida de su incomparencia a juicio y a sabiendas de que su representante legal la retenía para no permitirle acercarse, no lo evitó la que se dice juzgadora imparcial.

Por lo tanto el demandado presentara quejas en derechos humanos y en el consejo de la Judicatura, así mismo pedirá se defienda el derecho de sus hijos y la no violación de sus derechos fundamentales.

Desde este espacio informativo condenamos el actuar de la juzgadora.

Pedimos al Poder Judicial no ignorar éste reclamo de justicia, que no es el único, porque hay cientos, tal vez miles.

Laborissmo seguirá informando…