¡Y se llegó el día!
¡Ahora sí no hay marcha atrás!
Indudablemente, este Domingo 1º de Julio de 2018, dos mil dieciocho, nos jugaremos algo mucho más importante que un partido de futbol y la diferencia es que aquí no tendremos la opción de pasar a los octavos de final aun perdiendo…
Es el momento decisivo para todos como mexicanos, en que deberemos elegir entre cuatro opciones:
1. Más de lo mismo.
2. Un cambio a través de los jóvenes.
3. Que nos mochen las manos.
4. O, el más temido por muchos: “buenas intenciones y promesas”.
Hay quien sigue pensando que Apostarle a “Juntos Haremos Historia” es el mejor camino.
Sin embargo, para este su humilde servidor, ese camino ¡no se ve por dónde pueda ser lo mejor!
Pero lo dicho, cada quien es libre de elegir, y será al final, el “inconsciente colectivo”, el que predomine.
Ya no bastarán las encuestas, ¡serán los votos los que terminen por decirnos la verdad!
Estoy convencido que ¡somos una Nación Fuerte e Inteligente!
Y precisamente por ello, ¡habremos de tomar la mejor decisión!
Lo que está por verse es: ¡cuál resulta ser la mejor decisión!
Sin embargo, eso no se sabrá al día siguiente de las elecciones, contrariamente a lo que la mayoría piensa…
Porque para ello, quien asuma la silla presidencial, tendrá un periodo de espera de parte de todos como mexicanos.
Tiempo dentro del cual podremos constatar si el camino elegido fue el correcto…
Si así fue veremos:
1. Crecimiento de nuestro País.
2. Bienestar social.
3. Posicionamiento geopolítico.
4. Mejores oportunidades educativas y de desarrollo profesional.
5. Mayor y mejor atención a la ciudadanía.
6. Rescate y preservación de los Valores, Cultura y Tradiciones.
7. Mayor valor adquisitivo de nuestra moneda.
8. Y otros muchos más que son nuestro anhelo…
Pero, no nos engañemos, ¡no existe dentro de los aspirantes a la silla presidencial, ninguno que pueda lograr estos propósitos de la noche a la mañana…!
Lo que sí es factible, es que consideremos dentro de nuestra elección, que al ser esta una carrera de resistencia, y no de velocidad, consideremos buscar a quien represente mejores cualidades para llegar al final de esta meta.
Y para esto, debemos analizar:
1. ¿Quién ha demostrado contar con más talento?
2. ¿Quién se ve más capacitado para representarnos ante el mundo?
3. ¿Quién tiene más energía para realizar el trabajo?
4. ¿Quién se ve más claro en sus ideas?
5. ¿Quién ha mantenido un discurso uniforme durante todo el proceso de la contienda?
6. ¿Quién ha sido objeto de más oposición para alcanzar esta posibilidad?
Quizá, si consideramos estos aspectos antes de cruzar la boleta, estemos en condiciones de tomar la decisión que sea más conveniente para nuestro País.
Y de ser así, veremos un futuro halagüeño para nuestro País, con:
1. Mejores oportunidades para las nuevas generaciones.
2. Un mejor nivel de vida para todos.
3. Crecimiento económico sostenido.
4. Modernidad a la vuelta de la esquina.
5. Intercambio constante con otros Países.
6. En otros muchos beneficios.
De no ser así, preparémonos para el desengaño con:
1. Reducción de nivel económico del que actualmente tenemos.
2. Saturamiento de oportunidades, por dejarlas abiertas para todos, aun para aquellos que carecen de los talentos necesarios.
3. Disculpas y justificaciones por no poder hacer realidad los proyectos, ante la situación que guardan las arcas del País.
4. Estrangulamiento de las oportunidades de crecimiento para nuestro País.
5. Nula presencia en el contexto mundial.
6. Atraso tecnológico producto de cerrarnos a nuevas oportunidades tecnológicas.
7. Entre otros muchos males, en donde habremos de enumerar el recuento de los daños.
¡Nosotros lo decidiremos este próximo Domingo!
¡Aún estás a tiempo!
Reflexiona y trata de ubicarte en el contexto del mundo que deseas heredar a tus nuevas generaciones.
Israel Ascencio Cadenas
Comisario Foro Política y Sociedad