Mientras tanto…
José Antonio Sánchez
09/07/2020
Cierta vez un tigre en la selva se afilaba las garras y tiraba tarascadas en el aire, paso una serpiente y le preguntó ¿Qué haces amigo tigre? A lo cual ni tardo ni peresozo contesto “Afilando mis garras para darle una arrastrada al león”, más tarde pasó un leopardo y lo ve haciendo lo mismo y de igual forma preguntó ¿Qué estás haciendo amigo tigre? -Afilando mis garras para partirle su mandarina al león- contesto el tigre.
Así siguió el día, todos los animales pasaban y se asombraban de las contrataciones del tigre, cuando de repente llega el león, lo observa un buen rato y lo ve que simulaba pelear con alguien, intrigado se acercó al tigre y también le preguntó ¿Qué se supone que estas haciendo tigre? “Aquí nomás de hocicon amigo”. Lo mismo pasó con la visita de un tigre que se portó como gatito ante el vecino de USA, pues cuando todos esperábamos un gran discurso político en desagravio por las ofensas de Donald Trump, hacia los mexicanos (ya que otras veces nos había tachado de violadores y narcotraficantes; hoy el presidente López se le vió tirando flores, armó un poema, y ensalsó a su homólogo a un grado de zalameria que solo algunos apasionados justifican como acto heróico.
López sorprendió a propios y extraños con una adulación incoherente a los ojos de todo el mundob“hemos recibido de usted, comprensión y respeto” ¿y no muchas veces que lo pondría en su lugar? Vaya que defendió muy bien el orgullo y dignidad de todos los mexicanos, creo que muchos pensábamos que está era la oportunidad de refrendar los “Sentimientos de la Nación”, hacer una confrontación al tu por tu, como siempre lo vocifero, pero el discurso se convirtió en un mensaje de resignación, amor, conformidad y sumisión.
Vimos a un presidente con palabras huecas, sin resonancia, carentes de retórica y de congruencia, todo lo que dijo se vió como dicen coloquialmente hablando “bajandose el calzón”, pues sus palabras de adulación, respeto y admiración hacia Trump, no conmovieron a Nadie, fue algo sin sustento, rayando en un completo discurso plano, lleno de zalamerías, común de alguien que carece de valor para cumplir lo que tanto cacareó. A todo ésto queda una pregunta al aire ¿De que sirvió tanto discurso antiTrump de parte del señor López?
Mientras tanto demostró ser lo que muchos vemos de este lado del charco, un Obrador alineado, nada que ver a sus mítines de campaña con discursos incendiarios, un López que hace contraste al político en campaña, al López que era vociferante, desafiante y aferrado (eso, solo lo hace con su pueblo, sabe dónde tiene sus pentontos) pero está vez, se acabó el mito de la valentía, enseñó rápido el cobre, a tan solo dos años a demostrado que de tigre a gato “solo hay que visitar al patrón” y los mexicanos después les regala un cuento fantasioso que podrán créer y contarle a sus generaciones.
No se vió un líder marcando pauta, vimos a un anfitrión que solo ofreció mano de obra barata “El Tratado es una gran opción para producir, crear empleos y fomentar el comercio sin necesidad de ir tan lejos de nuestros hogares, ciudades, estados y naciones” fueron las sabías palabras de AMLO, dónde vimos un personaje fabricado con un dejo de sumisión, con un discurso neoliberal que no tiene nada que ver, con el AMLO que anduvo en campaña ofreciendo una transformación, pues al parecer se le olvidó nuestra frontera sur, dónde por órdenes de Trump, se tiene que permitir a personas de otra nacionalidad a que se queden en un lugar “Dónde ni ellos mismos quieren habitar, y ese es nuestro México, dónde ni siquiera importa la amenaza de subir los aranceles ni cosa que se le parezca, pero eso sí “El humilde presidente sacó raja política al viejar en un vuelo comercial, supo hacer lo de siempre: Vender una imagen falsa con mexicanos y estadounidenses” que se tragaron el cuento de una reunión del T-MEC, dónde solo importa apoyar la campaña de un Donald abusivo, racista y gandalla que utilizo la imagen presidencial para ganar adeptos y seguir en el poder de una nación que tiene de patio trasero a una nación de gente burlada y vilmente señalada como lacra de cualquier sociedad del continente americano, y todo por los actos de pleitesía de un presidente que se inclinó y besó la mano de quien ve en los mexicanos a puras alimañas.