Mientras tanto…
Por: José Antonio Sánchez

-Circo, maroma y teatro: cuál carrusel de caballitos*

Cada vez sale a la luz, ocurrencias y más ocurrencias de un gobierno que solo busca estar bajo los reflectores y así continuar vigente en los adeptos de quienes busca poder gobernar con circo maroma y teatro.

Tal es el caso que en estos momentos vive el estado de Chiapas, estado jodidamente jodido, donde cualquier hijo de pata o gallina viene a realizar ensayos de política y gobernanza, siguiendo (casi todos) un patrón de corrupción y de ocurrencias, teniendo por obvio aplausos y algunas veces pleitesía.

No se puede creer que una persona que le gusta los reflectores sea el mesías que librará al estado del rezago, la inseguridad, el desempleo y el turismo. Ya que desde hace una decada (un poco más), el estado de Chiapas a sido el lugar menos indicado para viajar y pernoctar en el, como un verdadero destino turístico que espera y recibe a todos con los brazos abiertos (quizás con la nueva pantalla de a pensar lo contrario, pero del dicho al hecho…)

Oscar Eduardo Ramírez Aguilar, quien surgió de las manos del ex goberdor Pablo Salazar Mendiguchía, se adoctrino con el ex goberdor Jaime Sabines y se tituló en el gobierno de Manuel Velasco Coello, no podría ser el idóneo para un cambio verdadero y en este día domingo 09 de febrero de 2025 lo estoy marcando, para tener en cuenta el fin de su administración sin pena ni gloria; ya que todo lo que inicia como un torbellino, de la misma forma mengua…

Con su nuevo juguetito FRIP (Fuerza de Relación Inmediata Pakal) conformado por elementos policiales de dudosa procedencia (solo por sugerencia del zacatecano Ricardo Monreal) el señoritongo piensa que está encontrando el hilo negro de la seguridad o al menos eso es lo que le está haciendo creer al vulgo, pues los buenos magos jamás revelan sus secretos y su espectáculo debe hacerse ver tan real que todos queden boquiabiertos y con una cacería de brujas (jamás se verá un pez gordo en las redes de pesca) decirles que todo está controlado.

Se puede ver un gasto indiscriminado de combustible con esa comparsa que camina en los más de 120 municipios chiapanecos y cuál carnaval moderno, algunos bailan y se gozan con este show que no deja de ser una gran vacilada para quienes están conscientes de que falta mucho más que lo que se ofrece en estado más pobre y marginado de México.

Mientras tanto debemos esperar que pase está temporada de amor desenfrenado al protagonismo y narcisismo por parte del auto denominado jaguar negro que de efectivo y redundante no tiene nada que presumir.