Por: Mtro. Arturo Ismael Ibarra Dávalos

“No sueltes la pluma”. parte 1 del abogado Javier Cuahutémoc de la Mora Gálvez

“Hay caminos para andar hacia adelante,
Caminos que nos llevan”.

Así comienza la obra maestra del entrañable periodista, escritor y abogado (reconocido a nivel internacional) en materia LABORAL y -sobre todo- insuperable AMIGO; el licenciado de la Mora como así todos lo conocemos.

Al tener su libro “No sueltes la pluma, decía mi padre”, comienzo a tener en mis manos este libro de portada azul y comienzo un camino que, seguramente me habrá de llevar a lugares extraordinarios. Lo sé porque EL MAESTRO siempre nos sorprende con sus letras.

VACACIONES EN LA MANO

Al pricipio de nuestra vida, cuando nos despreocupan los saldos, la renta o la propia soledad, “es una voz que surge de la más íntima región que nos habita”. Es, aquel espacio lleno de egoísmo tan abstracto tan desbordante de nostalgia que es imposible de describir.

¿Y el amor? no podía faltar tratandose de literatura. Al respecto, nuestro autor espeta en 6 cuartillas la capacidad que tenemos para amar lo que hemos vivido, pero también aquello que desconocemos y nos falta por vivir.

Es -sin lugar a dudas- un camino que tenemos que recorrer, regresar el sendero y volver a caminar. Yo voy de regreso por cuarta ocasión. Ven conmigo.

MI PADRE, MI ABUELO Y YO

Cuando comienzo a escribir, aún sea un loco pensamiento, no dejo de dar “gracias” a mi padre, porque más allá de ser quien me dio la vida, apesar de ser mi “mentor” y mi eterna guía, es mi sorona voz para hacer bien las cosas.

En su libro (el Maestro de la Mora) nos relata un viaje (no sé si imaginario) pero nos da cuenta de cuando compartimos con aquel que, muchas veces llegamos a sentir fastidioso, pero que al paso del tiempo… se convierte en nuestro ser OMNIPOTENTE.

Es necesario -urgente- leer la parte donde habla de su ABUELO, ya que es (otra vez) una lección de vida. Yo me quedo con su frase “Una culpa me causa descaigo”.