Nuevamente me veo precisado a tomar el lápiz para escribir estas notas.

Aclaro que no me desagrada hacerlo. Sin embargo, me gustaría más que fuera sobre temas distintos.

Pero no puedo permanecer ajeno a la grave situación que estamos enfrentando como Sociedad.

Me veo impelido a responder ante tantas agresiones y vejaciones de que estamos siendo objeto como Sociedad.

Hemos visto como día con día muchas personas mueren a casa de la indolencia de este gobierno de pacotilla.

Hoy nada menos amanecimos con la noticia de un abogado más, muerto, de todos los que nos hemos ya enterado antes. Incluidos los de ayer en la Ciudad de México.

Por lo que se sabe -de compañeros cercanos a él-, era una persona dedicada a las causas sociales, comprometido con su ciudad de Uruapan, Michoacán. Su nombre era Noé Godínez Arredondo. Se desempeñaba en el área agraria.

Lo increíble es que no obstante lo trágico de este y otros anteriores sucesos, como Sociedad, pareciera que no reaccionamos.

Estamos como “anestesiados”, viendo el desastre y sin hacer el menor esfuerzo por cambiar la situación.

Existen claro, algunas personas, -pocas para las que deberíamos ser, por cierto-, que aportamos día con día nuestro granito de arena para generar un cambio en favor de nuestra Sociedad.

Pero lo cierto es que la gran mayoría están completamente ausentes.

Lo más que hacen es realizar alguna manifestación de inconformidad aislada, publicar algo, pero una labor en serio, de compromiso, en donde se preocupen por difundir concienzudamente la información, despertar conciencias e incluso informarse de lo que está sucediendo, no la vemos en la inmensa mayoría de las personas.

Piensan: “mientras a mi no me toca, que ruede la bola…”, pero no se han dado cuenta que todos estamos en el tocadero…

No importa si eres abogado, comerciante, o cualquier otro oficio al que te dedicas, igual eres un ciudadano expuesto a la grave inseguridad que se ha desatado en nuestro país.

Y si a eso le sumas, lo que ya todos sabemos que dijo el payasito de palacio Nacional: “que los delincuentes también tienen sentimientos”, te podrás dar una idea de la gravedad de la situación.

Pero yo sigo, preguntándome:

¿Qué hace falta para que reaccionemos?

Para que como Sociedad nos comprometamos a realizar un cambio en nuestro País.

Que participemos activamente en los movimientos que se han venido gestando en pro de generar una voz de alarma y protesta al mismo tiempo contra este gobierno destructor.

Hemos visto como en otros países, con movimientos de esta magnitud, han derrocado gobiernos autoritarios.
Pero qué pasa que nosotros no hacemos prácticamente nada porque las cosas cambien.

O peor aún, vemos que estadísticamente, según lo reportan los encargados de las encuestas, este payasito de Palacio Nacional, sigue estando en las preferencias de la gente…

Apenas se puede creer tamaño despropósito.

Y ahora el Gran Peso de la Responsabilidad sobre el cambio que necesitamos como Sociedad, recae en nosotros mismos.

Ojalá logremos ponernos a la altura de las circunstancias y seamos capaces, como ya lo dije antes, no sólo de hacer la parte que nos toca, sino saber incentivar la participación de los jóvenes, que representan un capital importante en el tema electoral.

Debemos pasar de la reflexión a la acción.

A estas alturas del partido las palabras son insuficientes para generar un cambio.

Se requieren acciones concretas y bien dirigidas.

Dejemos de distraernos con tanta información que circula en los medios y seamos capaces de discernir la que realmente resulta vital para nuestro País.

Construyamos juntos a través de las ideas, pero sobre todo de las acciones, un México Mejor y más fuerte.

Urge trabajar en las soluciones, más que en la búsqueda de los responsables.

Ya llegará el tiempo de poner a cada quien en su lugar.

Pero, si primero no nos ponemos las pilas y trabajamos en la búsqueda de perfiles adecuados para este gobierno que anhelamos ver para el 2024, no lograremos que los responsables de este desastre paguen por ello.

Y lo más importante, ojalá alguien, dentro de los que se toman el tiempo de leer estas humildes líneas, me pueda responder la pregunta que yo sigo haciéndome hasta el momento:

¿Qué estamos esperando que suceda?

O, dicho de otro modo: ¿Qué tendría que pasar en nuestro País, como para lograr hacernos despertar esas consciencias adormecidas que vemos todos los días?

¿En qué momento o bajo que circunstancia será que reacciones como mexicanos y nos decidamos a poner orden en nuestro País?

¿O será que acaso no nos consideramos capaces de ello?

Hago votos por estar equivocado, sobre todo en esta última apreciación.

A T E NT A M E N T E :

Abogado Israel Ascencio Cadenas. (Gentleman).