REFLEXION DOMINICAL DEL PADRE PISTOLAS

Domingo 11 de septiembre de 2022

TEMA: DIOS PERDONA, PERO TAMBIEN CASTIGA

 

Aparece en el evangelio de San Lucas las tres parábolas que le llaman de la misericordia:
* El buen pastor que deja 99 para salvar a una oveja perdida.
* La mujer que encuentra la moneda que se había perdido.
* El hijo pródigo que habla de un padre amoroso que espera y hace fiesta del hijo perdido.
Moisés intercede por el pueblo de Israel que se había hecho un becerro de “oro”  recordándole a Dios las alianzas con  Abraham, Isaac y Jacob y le perdonó.
Actualmente en la sociedad hay muchos que hacen del dinero o de la pasión sexual un verdadero ídolo y se la pasan esperando, buscando y luchando por estas pasiones, condenándose en esta vida y en  la otra.
San Pablo se pone como ejemplo del perdón de Dios,después de perseguir a la iglesia y ser un gran pecador pero dice que lo hacía por ignorancia y se convirtió en un santo y un gran apóstol.
La parábola del hijo prodigo y de las más hermosas y una joya de la literatura universal.
Se pueden ver varias actitudes que nos retratan también a nosotros:
Un hijo que le pide la herencia a su padre y este se la concede y se va a otro país, otro idioma, otra religión y derrocha en poco tiempo su dinero hasta que no tenía ni para comer y regresa arrepentido como un simple trabajador.
Pero el papel principal se lo lleva el padre que respeta la libertad, espera sin fastidiarse el regreso de su hijo perdido y corre a recibirlo con los brazos abiertos y llorando de alegría y lo vuele a recibir como un hijo, lo viste elegantemente y hasta le hace una fiesta.
La actitud del hermano mayor que se cree puro, es celoso, hipócrita, y que nos retrata la mayoría de la gente y habla de los demás, como los malos y al final lo consuela el padre diciéndole que todo lo suyo es de él y debería alegrarse por el regreso de su hermano.
Necesitamos un equilibrio entre la misericordia y la justicia divina.
En las esquelas de los difuntos le ponen siempre que el difunto está en el cielo y yo lo dudo mucho y son máslos condenados en el infierno que los justos en el cielo, por ver el comportamiento humano,  no ir a misa, ser tacaños y no tener un tesoro en el cielo,  con lo dadivoso que nos pide Cristo y demasiado egoísmo, robo, adulterio, borracheras, drogadicción y toda clase de delitos.
El gusto de Dios es perdonar, no vino al mundo a condenarlo sino a morir y salvar a los pecadores.
Muchos dicen, hay que darle vuelo a la hilacha y al final que el padre Pistolas me confiese y me voy al cielo, sitú, que fácil, se requiere de las confesiones, el arrepentimiento, al final de su vida y al último se emborracha y muere sin  confesión.
Dos ancianos de la segunda guerra mundial platicaban ¿te acuerdas de las pastillas que nos daban para disminuir el apetito sexual?
Pues parece que a mí ya me están haciendo efecto.

Que Dios los bendiga