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REFLEXION DOMINICAL DEL PADRRE PISTOLAS
Domingo 14 de septiembre de 2025
TEMA: DIOS PERDONA TODO CUANDO SE LO PEDIMOS
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– San Lucas nos presenta las tres parábolas de la misericordia: la de la oveja perdida, la de la moneda perdida y encontrada, y la del hijo perdido, o la del hijo prodigo, o del padre bueno que según peritos en la biblia dicen que es el “Resumen del Evangelio”.
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– La oveja perdida- Israel tiene una geografía montañosa apta para el pastoreo por miles de años principal fuente de mantenerse en la vida y no apta para la agricultura como Egipto.
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– Las cualidades de un buen pastor eran: Dar la vida por las ovejas como por ejemplo el rey David de joven se tuvo que enfrentar a un león y con un oso cuando pastoreaba las ovejas de su padre mientras sus hermanos se enfrentaban a los filisteos y al gigante Goliat. La única arma que cargaban era un palo largo con un clavo en la punta, conocían por su nombre a todas y a su vez lo conocían y lo seguían.
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– Por las noches se turnaban para velar por ellas.
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– Cuando veían a lobos o hienas él se enfrentaba con unos perros como ayudante, mientras que el asalariado huía.
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– En caso de la pérdida tenía que llevar al dueño aunque fuera un pedazo de cuero o una oreja, tal caso fue el de los hermanos de José cuando llevaron sus ropas con su padre y después los recibió en Egipto.
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– Cuando se perdía alguna oveja desbarrancada la buscaban hasta encontrarla.
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– Así lo hace Cristo con nosotros y siempre dispuesto a perdonar sin regaños, ni golpes, aunque los escribas y fariseos lo criticaban por recibir a los pecadores porque Cristo quiere que dejen de pecar y todos se salven, aunque también en nuestro tiempo hay gente que se creen santos y privilegiados y son unos hipócritas, diablos y me critican como a nadie por hablar y por convivir con los pecadores.
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– Alguna vez dijo Cristo que son los enfermos los que necesitan del médico.
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– La parábola de la moneda perdida.
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– Muy parecida a la parábola anterior pero ahora con una mujer y de una moneda de poco valor, para demostrarnos Cristo que aunque valemos poco él nos valora.
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– La parábola de hijo prodigo.
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– Eran dos hermanos y el menor le pide la parte que le corresponde a su padre (Dios mismo bondadoso) se va lejos para gastárselo a gusto con malas mujeres y vino pero al último sin amigos, cuidando puercos se acuerda de su padre y regresa.
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– El hermano mayor peor que el menor, orgulloso y creído, celoso le reclama a su padre de no darle siquiera un chivito para comérselo con sus amigos.
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– Hijo todo lo mío es tuyo, ¿no te da gusto que tu hermano estaba perdido y ha regresado?
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– A veces nos parecemos al hijo menor y a veces al hijo mayor pero a quien nos debemos de parecer es al padre bueno y hacer siempre le bien aunque los demás nos hagan males.
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– El galán le dice a la dama: ¡que hermosas piernas tienes!
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– Es que las cuido mucho.
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– Sí, pero hasta las mejores amigas tienen que separarse.
Que Dios los bendiga.