Mi nombre es Mireyda Hernandez Fuentes, soy originaria de Iratzio, Michoacán, un bello pueblo del Municipio de Morelia, donde he vivido desde pequeña. Tuve la facilidad de trabajar aquí mismo, pues mi pueblo ha sido bendecido y ahora tiene muchas fuentes de empleo, gracias al éxito restaurantero que ha tenido en los últimos años. Comencé a los 16 años a laborar en uno de estos restaurantes como casualidad. Solo iba a ayudar a mi hermano por un fin de semana, él tenía varios años trabajando ahí. Pero el patrón vio en mi una buena actitud, así que me pidió que me quedara y me ofreció un trabajo estable como bartender, yo acepté y estuve casi 2 años completos esclavizada a ese trabajo, dejé mi infancia atrás para comenzar una nueva estapa, me perdí de muchos momentos donde hubiese querido estar con mi familia y amigos, pero tenía que cumplir con mí trabajo; no puedo negar que también me divertia mucho trabajando, conocí mucha gente, aprendí demasiado; sin embargo, era muy pesado, pasé muchas presiones, sin mencionar los accidentes que me llegaron a ocurrir, los dolores de espalda al terminar cada día, el hambre que pasábamos nosotros los trabajadores, pues solo almorzabamos y había veces qe no alcanzábamos, nuestra hora de entrada era a las 7 de la mañana y saliamos casi a las 9:00 pm siempre, si no es que más tarde, 16 horas de trabajo cada sábado, cada domingo, y al día siguiente tener que ir tempranito a la escuela. Es difícil pero se compensaba un poco cuándo terminaba el fin de semana y llegaba la hora de que nos pagaran…, mi sueldo era una basura ganaba $200 pesos por día y le producia a mi jefe al rededor de $20,000 pesos…, creo que no es nada equlibrante, pero no hay mucho qe hacer en este México dónde la pobreza abunda no por falta de riqueza, si no porque solo la tienen unos cuántos mientras los demás nos conformamos con una migaja de sueldos. Aunque la verdad no me arrepiento para nada de mi primer empleo, no todo fue malo se que me brinqué una estapa de mi vida es lo único qe me aqueja…, pero siempre recordaré lo increible que era recibir mi paga, me olvidaba de todo cansancio al saber que ya era mío ese dinerito y sentir la satisfacción de que yo me lo había ganado, aunque era poco, pero a mí me servía de mucho, comencé a ser autosuficiente y a apoyar a mis papás con algunos de mis gastos de la escuela. Ahora laboro en otro restaurante, pues me cansé de hacer tanto trabajo que no valoraban, me siento muy bien en mi nuevo trabajo, ahora soy mesera, mi sueldo es de 40 pesos sigue siendo una grosería, pero nos va bien con las propinas y asi es como ahora saco mis gastos y mis estudios adelante, mis papás me apoyan un poco pero aún con eso me es necesario trabajar, por ahora seguiré aquí, no es qe no aspire algo mejor. Pero me servirá para salir adelante y terminar mi carrera que estudio en el tercer semestre de la facultad de contaduría y ciencias administrativas de la Casa de Hidalgo y en unos años ser profesionista y poder laborar en un mejor lugar, cómo una mejor persona o poner una empresa propia.

Laborissmo seguirá informando…