Un distinguido maestro del Conservatorio de las Rosas, Raúl Maldonado, ha hecho llegar a esta redacción una carta en la que expone la alarmante situación que vive esa noble institución, y de la que hemos venido dando cuenta en este medio. En varias ocasiones, por proteger nuestras fuentes, se nos ha dicho que mentimos y exageramos. He aquí un testimonio valiente, desde dentro, de un maestro. La situación se explica de manera ejemplar. De estas declaraciones surgen muchos hilos informativos de los que seguiremos dando cuenta.
“Observo con disgusto y subrayo que en lugar de existir una línea de comunicación amplia, completa e incluyente de parte de autoridades, directivos o sus representantes, estamos a merced de mensajes informales, rumores y especulaciones. Por tanto, desconozco toda información que no provenga de un documento formal, debidamente redactado y dirigido por las autoridades hacia quienes nos vemos involuntariamente involucrados y afectados por la situación actual. Por otro lado, me encuentro de frente con una realidad entristecedora y frustrante, la cual deja ver a un personal dividido y hasta fracturado; gente atemorizada de ser despedida (y que olvida por el mismo temor, que ante la verdad y la justicia no hay tirano que perdure); otros tantos que encuentran en el servilismo un modo de “protegerse” y de “asegurar su permanencia”; es desesperante ver una realidad en la que existen bandos y en el afán de la lucha entre sí, dejan de contemplar que estamos todos en el mismo barco, el mismo que se está hundiendo. No se debe dejar de ver que una vez en el agua no importa sobre quién pises, igual te vas a hundir. Los invito a todos a reflexionar, a hacer una meditación profunda; a dejar de ver enemigos entre ustedes y tratar de pensar de manera distinta; a ver que tenemos todos la razón desde el momento en que vivimos la misma situación: se están violentando nuestros derechos y por si fuera poco además se nos instruye para que “No expresemos hacia afuera” esta situación que compete no sólo a los trabajadores sino a toda la comunidad del Conservatorio. Debemos entender que No es una cuestión de “suerte” o de “buena fortuna” el que se pague a unos y no a otros, sino un acto, que si no fue pensado así de inicio, genera tibieza, pasividad y división. A los que ya recibieron el pago no se pueden dar por bien servidos (especialmente si es por temor a ser víctimas de represalias), porque justamente eso amplía la brecha entre compañeros y porque no deben olvidar que nuevamente fue resultado de una decisión unilateral e injusta; porque quedarse tranquilos no les garantiza que no vuelva a ocurrir (ni se debe olvidar tampoco que no es la primera vez); tampoco va a resolver las problemáticas personales que vivieron para resolver su situación inmediata derivada de el retraso en el pago de los salarios (préstamos, etc; no va a pagar los intereses), ni va a desaparecer el estrés ni la angustia ya vivida en casa o en el trabajo. No hacer nada por comodidad o temor, no solo no resuelve el problema, sino que lo alienta. Da un mensaje: pueden actuar como deseen sin importar las difíciles consecuencias que me generan, porque no tengo fuerza o valor para decir “No”. Y a ustedes que a toda voz apoyan, defienden y hasta felicitan a quienes están procurando y promoviendo estás condiciones, les digo: no se engañen, no están siendo ni positivos ni optimistas, se están vendiendo por muy poco y a la larga eso sale más caro, especialmente cuando entiendan que entregaron su lealtad a quien no tenía el menor interés en ustedes y más, que los usa o los desecha según convenga a sus intereses. El Conser es una institución que amo y me duele verla en estas condiciones, porque el Conser lo hacemos todos, comenzando nosotros los maestros, los intendentes, los administrativos y las autoridades. Todo lo que hacemos a favor o en contra es semilla que germinará, por lo cual debemos elegir que sembrar, para que la cosecha sea buena y para beneficio de todos. Es hora de tomar conciencia, es momento de alzar nuestra voz, es momento de hacernos responsables nosotros mismos y no permitir que otros tomen las decisiones importantes. Si queremos cambios los debemos generar nosotros, desde nuestra individualidad y encontrarnos unos a otros en el medio para fortalecernos no para despedazarnos.
No podemos esperar resultados distintos si seguimos haciendo las mismas cosas.
Ya que está de moda el uso del whatsapp entre nuestros dirigentes para informarnos, respondo de la misma manera en que se nos ha considerado, por tanto:
Hago un último y enérgico llamado a las autoridades para que se respeten los derechos que tengo como trabajador”.
Laborissmo seguirá informando…