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Centro Histórico 333
Crescencio Cárdenas Ayllón
–PRI ganará las elecciones de 2017 y 2018, asegura Peña Nieto
–Roban en oficina de Aristegui; PGR ya investiga
–Trump amenaza con terminar pacto EU-Cuba
–Fidel Castro, un hombre obsesionado por el poder
No cabe duda que actualmente y creo qe desde hace muchas décadas lo habitantes del planeta en todas sus latitudes han aprendido a manejar mejor el entretenido juego de “Juan Pirulero” en el que cada quien atiende a su juego y vaya que es cierto porque con la muerte del Comandante Fidel Castro, como una excepción de la regla de aquello de que cásate y conocerán tus defectos y muérete y sabrán de tus pecados y errores, pero la figura del cubano ha logrado lo que Tump hizo n EEUU es decir ganó con la división del pueblo .
Así se ha comportado la gente que, por un lado admira la obra y manejo del país caribeño mientras que otros se dedican a criticar su actuación y hasta el modo de andar, sin tropezarse o carse, de quien llegó a la isla cobijado por la CIA y después fue la víctima más odiada de esa agrupación, el blanco favorito para atentados y toda clase de villanías oficiales estadounidenses.
Sí, el mundo se ha dividido seriamente en torno a la vida y obra de Fidel y lo sorprendente es que mientras los cubanos-estadounidenses, como les llama el presidente electo Donald Trump, festejan ruidosamente la muerte del líder Revolucionario en Cuba todo es respetuoso silencio y tranquilidad, aparentemente, porque la amenaza del empresario gringo pesa y pesa mucho –pesa más que las obras que publicita acá el gobierno de Peña Nieto–, para quienes no decidieron abandonar su terruño y piensan seguramente que el destino se presenta incierto.
Muchos creen que al faltar Fidel como asesor, guía y meta de su hermano Raúl, éste podrá continuar con el estilo de gobernar del actual presidente lo cual presenta una encrucijada peor que todas las imaginables, pues de no ser así la llegada de Donald Trump a la Presidencia de los Estados Unidos de América y cumplir las amenazas a Cuba todo va a swr como abrir las puertas del Paraíso, sin considerar que las mafias de todos tipos y colores se frotarían las manos con la esperanza de regresar a la isla para trasladar su fuertes inversiones que ahora tienen en las Vegas y otras ciudades que hay en el vecino país. Con tipos de negocios de los que hartaron a la mayoría de los cubanos.
Y bueno ya se ha hablado mucho de este personaje odiado y querido por muchos hombres de su tiempo y de estudiosos y analistas de este presente, pero continuarán sus análisis durante los días que duren los días del luto decretado por el gobierno de la isla y seguramente los enemigos darán rienda suelta a sus comentarios negativos para tranquilizar y justificar la oposición que siempre manifestaron por el héroe de la Sierra Maestra.
Pero como se sabe la condición humana es impredecible y la mejor muestra de ello es lo que pasa con los duelos a la muerte del guerrillero y la forma en que se había dividido desde hace años la población de esa isla merced a las facilidades que se les presentaban para alcanzar el “sueño Americano”.
Pero está viva la amenaza sobre Cuba cuando se comenta que el presidente electo Donald Trump amenazó este lunes con poner fin al acercamiento entre Estados Unidos y Cuba, a no ser que La Habana haga concesiones en temas de derechos humanos y la apertura de su economía. “Si Cuba no está dispuesta a alcanzar un mejor acuerdo para el pueblo cubano, con los cubano-estadunidenses y Estados Unidos como un todo, pondré fin al acuerdo”, escribió Trump en su cuenta de Twitter.
Pues así las cosas tendremos que esperar a lo que ocurra el 20 de Diciembre y sabremos cual será o serán las medidas que aplicará el que será el presidente número 52 del vecino país y que tienen en la incertidumbre y el nerviosismo de quienes aún viven (¿?) en Cuba.
Pero aquí en México también se cuecen habas y es porque el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, quien encabezó el sexto Congreso Político Nacional del Partido Revolucionario Institucional. Durante las actividades recibió frecuentes muestras de apoyo de parte de funcionarios y de simpatizantes del tricolor. Lo que lo animó a convocar a la militancia del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a cerrar filas e iniciar el camino para triunfar en las elecciones de 2017 y 2018, cuando lo que estará en juego, dijo, no es sólo la Presidencia de la República, sino todas las reformas construidas que es la preocupación más seria del habitante de Los Pinos.
Fue así que envalentonado por dichos apoyos de los priistas que lanzó “el PRI ganará para que los próximos años sean de construcción, no de destrucción; para no regresar a modelos obsoletos y caducos, el tricolor triunfará para mantener la certidumbre y estabilidad y no retornar al estancamiento” y que con seguridad no deja nada de ganancias de popularidad para quienes gobiernan desde la cúpula, porque hay guías soterradas que no dan la cara para no ensuciar las acciones de gobierno que pesan y pesan mucho.
No obstante, ante el Consejo Político Nacional de su partido, acotó las condiciones rumbo al 2018 parafraseando al ex dirigente del PRI, Jesús Reyes Heroles. Aquí se hacen válidas las palabras de hace prácticamente 40 años de Reyes Heroles. Primero el plan, primero el programa, primero el proyecto y después los nombres. Dejemos para otros partidos las promociones anticipadas dijo el mexiquense.
Pero la gran duda qu muchos externan es si con ese ñoño presidente del partido tricolor, Enrique Ochoa Reza, quien además de tocayo es paisano y muy allegado de la mesa redonda de Los Pinos, tendrá los tamaños para llevar adelante el optimismo de Peña para conquistar todos los votos para llevar a priistas al triunfo durante 2017 y sobre todo 2018, donde se juega la silla presidencia –a la que cada seis años le tienen que hacer ajustes porque las medidas originales quedan muy holgadas a los ocupantes de los dos colores que han llegado a ella.
En fin, como dice el dicho: que con su pan se lo coman. Y esperemos que cumplan eso de que no aceptan la corrupción ni los malos manejos (¿?) iniciando por el priista número uno del país, es decir Enrique Peña Nieto y familia.
El exagerado optimismo de EPN respecto al 2017 y 2018
Durante su discurso ante priistas, que según los medios eran varios miles, Peña Nieto no omitió los casos de corrupción de gobernantes surgidos del PRI y la lección que le dejaron al partido los comicios de este año. Nos recuerda que nuestros gobiernos deben ser concretos y positivos; mantener la unidad en cada contienda y ser íntegros en el ejercicio de gobierno. No debemos ser omisos frente a casos que indignan.
Peña Nieto señaló que en el PRI no deben tener cabida ni la corrupción ni el encubrimiento y mucho menos la impunidad. Por ello, aseguró, respaldo la comisión anticorrupción creada para sancionar a quienes hayan traicionado al partido y al país, pues los que hayan transgredido la ley habrán de enfrentar la consecuencia de sus actos pero, estimó, tampoco podemos dejar que por unos se juzgue al PRI en su conjunto.
Fue un largo discurso presidencial que se tornó en una arenga a sus correligionarios en la que los llamó a alejarse de visiones derrotistas y no creer en presuntos pactos políticos. No se dejen contagiar por los derrotistas ni por quienes viven con dudas. Esos mismos que en el pasado ya se han equivocado. Y menos por aquellas voces que intentan confundir y engañar por supuestos pactos sobre batallas electorales que habremos de librar. Nada más falso que eso.
Recordó a quienes son de memoria corta, que tras la derrota del PRI en las elecciones presidenciales de 2000 se vaticinaba la desaparición del partido, pero aquí estamos, sirviendo a México desde la máxima responsabilidad. Peña Nieto dijo sin ambages y sin empacho, que soy un Presidente orgullosamente priista.
Para el mandatario, el PRI necesita ajustar y mejorar, pero sin abandonar su identidad partidista, de la cual, consideró, hay motivos para sentirse orgullosos. Se cuestionó: Imaginemos qué sería de nuestro país sin los sistemas de educación, salud y seguridad social, que hoy atienden a millones de mexicanos, y que fueron construidos por gobiernos priistas.
En esta lógica reivindicó como logro del partido la construcción de instituciones, las reformas aprobadas, la estabilidad económica, entre otros. Peña Nieto aseguró que su partido ha acreditado capacidad para gobernar, experiencia acumulada y logros transformadores. Hay que decirlo sin presunción, pero si abiertamente: el PRI es el partido que ha hecho y escrito historia.
Por todo ello, el Presidente respaldó la agenda de construcción de la nueva propuesta partidista rumbo a las elecciones presidenciales de 2018, con una estructura que pretende, dijo, acercarse a la sociedad, los expertos y especialistas para estructurar el proyecto priista, sobre la base de lo que ya se ha avanzado.
Como preámbulo a su arenga priista, Peña Nieto aludió al entorno internacional, donde prevalece una realidad social, política, económica y cultural cambiante, lo que representa tiempos inéditos para las democracias. Hay transformaciones demográficas, tecnológicas, comunicacionales y tensiones de un mundo dinámico con cambios disruptivos, que generan nuevos paradigmas y crecientes demandas.
En gran parte del mundo, subrayó Peña Nieto, las sociedades manifiestan insatisfacción y las personas exigen ser incluidas y protegidas, rechazan especialmente la desigualdad. Ese descontento rápidamente se convierte en desconfianza en las autoridades, en las empresas, auténticamente en todas las instituciones. Todos estos factores están influyendo en las decisiones de los ciudadanos a la hora de votar.
Citó los casos de países como Colombia, España, Reino Unido y Estados Unidos, donde las votaciones no reflejaron lo que anticipaban las encuestas y otros instrumentos de medición. Son fenómenos globales frente a los cuales el país debe responder en el entorno nacional.
Robo a las oficinas de Carmen Aristegui
La Procuraduría General de la República (PGR) dio a conocer que a través de la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión (Feadle), inició una carpeta de investigación, para indagar el robo de que fueron objeto las instalaciones de Aristegui Noticias el domingo pasado.
La institución ministerial indicó tras la información difundida por la empresa que encabeza la periodista Carmen Aristegui, respecto de que el pasado 13 de noviembre “sujetos desconocidos forzaron cerraduras, desmontaron puertas, hurgaron en cajones y espacios de sus oficinas”.
La PGR señaló que “en su momento, el medio informativo denunció ante las autoridades del fuero común, quienes también han iniciado, en el marco de sus atribuciones, las investigaciones correspondientes”.
“La Feadle trabaja de manera paralela y coordinada con autoridades de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJ-CDMX), con el propósito de conjuntar esfuerzos para poder esclarecer los hechos e identificar a los responsables”.
Fidel y su hambre y sed de poder durante medio Siglo
La muerte de Fidel Castro ha puesto fin a su influencia directa sobre el destino de Cuba, un poder que mantuvo de manera prácticamente absoluta desde 1959. Y aunque compartió el gobierno los primeros años de la Revolución con un Presidente de la República y luego constituyó una Asamblea Nacional, nadie dudó jamás quién llevaba las riendas del régimen en la isla.
Fidel Castro fumando un tabaco durante la visita del senador de EEUU Charles McGovern a la La Habana en 1957. REUTERS/Prensa Latina/File PhotoVer fotos
Con el fallecimiento de Castro desaparece el último símbolo del liderazgo autoritario prevaleciente en los países comunistas durante la Guerra Fría. El ex mandatario cubano gobernó más tiempo que José Stalin y Mao Zedong. Solo la enfermedad lo obligó a renunciar al cargo de Presidente del Consejo de Estado y de Ministros en 2006, cuando ya había regido a lo largo de 47 años.
A su paso Castro no dejó herederos, fuera de su incondicional hermano Raúl Castro. Cuando la popularidad de algún político amenazaba con eclipsarlo, lo eliminaba de manera más o menos encubierta. Desde la desaparición de Camilo Cienfuegos y la odisea de Che Guevara hasta la caída de Carlos Lage y Felipe Pérez Roque, las escaleras del poder en Cuba están sembradas de líderes abortados.
Ninguno de los asistentes a la concentración frente al Palacio Presidencial de La Habana, el 21 de enero de 1959, podía adivinar que aquel día escucharía una frase definitoria del destino de Cuba.
Según Castro, el pueblo de la isla había expresado su preocupación por la seguridad de los dirigentes de la naciente Revolución. El entonces jefe del Movimiento 26 de Julio decidió había decidido proponer a la dirección de esa organización política, que controlaba al Ejército Rebelde, la designación de Raúl Castro como segundo jefe y sucesor si algo ocurría al líder de los barbudos.
“Lo hago, no porque sea mi hermano —que todo el mundo sabe cuánto odiamos el nepotismo— sino porque, honradamente, lo considero con cualidades suficientes para sustituirme en el caso de que yo tenga que morir en esta lucha”, explicó Castro.
Cuarenta y siete años más tarde se consumó esta sucesión, ciertamente avalada por la Constitución de 1976, pero definida desde mucho antes en aquel discurso. En esa misma arenga pronunció algunas frases memorables sobre su desinterés por el poder.
“Para nosotros ser líder no es aspirar al poder, que todo el mundo sabe que yo renuncié al poder hace mucho tiempo, que todo el mundo sabe el desinterés con que he luchado y que soy de los hombres que sostengo que ningún hombre es imprescindible y que cualquier cubano honrado puede ser un buen presidente de la república”, afirmó.
En los meses siguientes Castro borró cualquier obstáculo hacia sus aspiraciones de convertirse en el gobernante absoluto de Cuba. Harto de sus discrepancias con el presidente Manuel Urrutia, renunció a su cargo de Primer Ministro, en una operación pactada en secreto con otros miembros del gabinete y el respaldo del diario Revolución, que movilizó al pueblo el 17 de julio de 1959 con un titular impreso en un millón de copias: “Renuncia Fidel”.
Esa noche Castro acudió a la televisión para explicar las causas de su decisión. Mientras hablaba llegó la noticia de la dimisión de Urrutia. El golpe de Estado se había cumplido. El abogado Osvaldo Dorticós ocupó la presidencia desde entonces hasta 1976.
Su filiación comunista garantizó la influencia progresiva de esa ideología, declarada abiertamente como filosofía oficial justo antes de la invasión por Bahía de Cochinos en 1961.
Cuando el Ejército Rebelde echó del poder a Fulgencio Batista en 1959, la mayoría de los dirigentes revolucionarios rondaba los 30 años de edad. Al ceder la presidencia en 2006, la cúpula gobernante tenía como promedio 70 años y Castro cumplió exactamente 80 dos semanas después.
Sin embargo, en la primera década de la Revolución el líder cubano había prometido en varias ocasiones que los hombres jóvenes siempre dirigirían el país. En un famoso discurso el 13 de marzo de 1966, plagado de críticas al gobierno de China, Castro descartó que él y sus seguidores en el gobierno fuesen a envejecer en sus cargos.
“Hacemos votos para que todos los revolucionarios, en la medida que nos vayamos poniendo biológicamente viejos, seamos capaces de comprender que nos estamos volviendo biológica y lamentablemente viejos; hacemos votos para que jamás esos métodos de monarquías absolutas se implanten en nuestro país y que se demuestre con los hechos esa verdad marxista de que no son los hombres, sino los pueblos, los que escriben la historia”, dijo.
La historia demostró que esta, como la promesa de realizar elecciones democráticas poco después de derrocar a Batista, fue apenas otra de las ficciones tejidas por Castro para mantener su poder absoluto sobre la isla. Ante las críticas de un grupo de miembros del viejo Partido Comunista por la tendencia autoritaria de Castro y las expresiones de culto a la personalidad, en 1967 las autoridades de la isla emprendieron el llamado “proceso de la micro fracción”, que enjuició a una treintena de personas acusadas de conspirar contra el régimen.
Este hecho abrió el camino hacia las sucesivas purgas inspiradas en el modelo estalinista que han diezmado cualquier oposición dentro del gobierno. Unos meses después Ernesto Guevara fue capturado y asesinado en Bolivia, donde había intentado establecer una base insurgente para reproducir la experiencia de la Revolución cubana. Sin apoyo local significativo y abandonada por La Habana, la guerrilla no sobrevivió.
Guevara pudo haber sido la ofrenda conciliatoria de Castro a la Unión Soviética, cuyo sistema el argentino había criticado durante su gira por Europa del Este.
Tampoco los dirigentes de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), en teoría la cantera de futuros dirigentes del Partido, han podido ascender hasta lo más alto del poder en la isla. Ni el joven comandante Joel Iglesias, ni el discreto Jaime Crombet, ni Luis Orlando Domínguez –encarcelado bajo cargos de corrupción–; ni los grises Juan Contino y María Victoria Velázquez, o el líder de los “talibanes” (por su extremismo ideológico), Otto Rivero, pudieron acercarse a la cúspide, aunque disfrutaron en mayor o menos de los privilegios de su puesto.
Los que más se acercaron a una posible sucesión de Castro –Roberto Robaina, Felipe Pérez Roque y Carlos Lage—cayeron aparatosamente, fulminados por las acusaciones del gobernante y sus viejos camaradas de la llamada “generación histórica”.
Por lo demás, todos estamos bien.
Ctacamba@yahoo.com.mx
(CCA 28-11-2016)