La Máxima Casa de Estudios, enfrenta grandes retos, el primero, ausencia de liderazgo real, ni el Rector, ni su equipo, menos aún quienes ocupan espacios en los cuatro sindicatos que tiene la Universidad Michoacana, han sido capaces de guiar el rumbo de la institución educativa, los últimos 10 años, han sido, solamente, política y argumentaciones sobre el presupuesto, que no tienen una base sólida, tan es así, que tanto autoridades federales y estatales, han realizado observaciones por graves situaciones administrativas, y, esta clase “política” universitaria, no ha transparentado el ejercicio del recurso, el que se maneja en la opacidad desde siempre.

Por ejemplo, uno de los retos, que ningún rectorado se ha planteado, es que la universidad, como institución, no cuenta con un modelo educativo, siendo este esencial para poder fincar objetivos en los perfiles del profesorado, de los alumnos, y, sobre todo, de hacia dónde deben orientarse los esfuerzos de la enseñanza, de los contenidos académicos, a efecto de que el egresado de licenciatura o posgrado pueda insertarse en el ámbito laboral. Esto no lo han logrado ni la tendencia de ingresar al Programa Nacional de Posgrados de Calidad, ni las acreditaciones, la verdad, es que los profesores enseñan en las aulas, conocimientos que no les son de utilidad a los alumnos para enfrentar los problemas reales en la vida profesional en la actualidad, lo que les impide acceder a espacios que están ocupando egresados de otras universidades que ya tienen visualizado hacia donde se encaminan los esfuerzos de la sociedad y donde se requiere de atención profesionalizada.

Los líderes formales universitarios han generado una “endogamia” organizacional que solo mira al interior de la universidad -y a las necesidades de su grupo, para seguir recibiendo prebendas- pero que ha dejado de detectar que requiere la sociedad para generar un verdadero cambio social, en donde la distribución de la riqueza sea equitativa.

Bajo el lema de “libertad de cátedra” o de “autonomía universitaria”, se escudan aquellos que no enseñan, para deformar a los alumnos, quienes, a final de cuentas, están necesitados de guías serios que les muestren una forma ética de vivir en sociedad.

Esto me recuerda, el pasaje de un libro de Juan José Almagro “Érase una Vez…Jefes, Jefazos y Jefecillos”, dice en su página 156:

“Algunos jóvenes me han hecho meditar sobre el porqué no están preocupados por ser responsables. Tal vez la falta de motivación, interés y responsabilidad se deba a que no ven ni tienen buenos ejemplos alrededor, empezando por los profesores universitarios, los de secundaria, los políticos corruptos y los “mayores” que faltan reiteradamente a la palabra dada, y hacen unas cosas mientras dicen otras. Quizás los jóvenes tengan un vacío que nadie ha sabido, ni les ha enseñado, a llenar y lo único que hacemos –que hacen- es echarnos la culpa unos a otros.
Tal como Están las cosas, entre todos, de común acuerdo, tendremos que llegar urgentemente a algún punto de encuentro, y ser capaces de ese concepto/valor, la responsabilidad, nos empape a todos…”

Esto pone de relieve que nuestros líderes, carecen de eso, de liderazgo real, no tienen las cualidades para dirigir, para guiar, para modelar conciencias, para pensar en la sociedad de la próxima centuria. Estamos imbuidos en solo sacar provecho personal, sin pensar en el mañana.

Esta falta de liderazgo hace perder confianza y, aún peor, esperanza a nuestros jóvenes, que tienen cercano al lejano y, al cercano, lo perciben lejano, en esta era de las comunicaciones del homo videns, como lo diría Giovani Satori.

Esta carencia de liderazgo, redunda en una casi nula planeación en el ámbito universitario, y como reza el proverbio árabe:

“Si no sabes a dónde vas, cualquier camino te conduce allí”.

Obviamente, sin modelo educativo y falta de liderazgo socialmente responsable, el problema es de estructural, corrigiendo este, se solucionarán los demás, como lo son el administrativo y el laboral. Estos son consecuencia de la falta de rumbo en la Casa de Estudios.

Por ello, las Universidades privadas de bajo costo y las instituciones públicas, han visto un repunte en su matrícula, que ha resultado en una disminución para la universidad michoacana, en donde, a pesar, de maquillar cifras, la caída de la matrícula es dramática. Las razones son sencillas, los alumnos y la sociedad ha perdido la confianza y están buscando mejores opciones, como la ENES de la UNAM, los Tecnológicos, Las universidades Politécnicas, etcétera.

Aulas vacías todo el día que le generan un costo a la Universidad, falta de laboratorios, o casi nula asistencia de profesores/investigadores a ellos, prácticas superadas científica o tecnológicamente. Profesores que nunca han practicado en la vida real, pues de alumnos, pasaron a profesores.

Estos retos, son los que deben resolverse, dejar de hacer “grilla” de la más barata –con engaños y subterfugios, tratando de burlarnos entre nosotros- y pasar al plan de altura de miras, de planeación real.

Lo único que se ha demostrado, por todos los actores de la universidad –salvo quizá algunos alumnos-, es improvisación y falta de profesionalismo en las tareas encomendadas. Fósiles universitarios anquilosados y enquistados en las estructuras.

Esperemos se logre.
Laborissmo seguirá informando…