Votar es la esencia de la democracia y nunca se ha conseguido nada con la abstención. En días recientes hemos visto a opinadores y dirigentes opositores decir que no votaran con una serie de excusas lamentables, antes de abordarlas, daré mi principal razón de sí votar: en dos meses de campaña he descubierto numerosos candidatos que cumplen con lo que es deseable en un juez, tienen, estudios, independencia, experiencia y ganas de servir al país. Por ellos voy a votar el domingo. Hay candidatos impresentables y por eso también saldré a votar, para evitar que lleguen.

El primer argumento de los abstencionistas es que la elección está decidida y que no lograré mi propósito. ¿En serio en la democracia sólo vota la gente cuando va a ganar su candidato? No. Se vota con esa intención, pero el valor del voto trasciende la victoria y la derrota. Se vota para que nuestra opinión quede registrada y adquiera valor público, quizá de disenso y de minoría, pero valor.

Otro muy sobado argumento es el de no legitimar la elección. Con una aprobación presidencial de 77%, en un periódico de línea opositora como El Financiero, ¿creen que con su abstención deslegitiman al régimen? Y nos acusan de ingenuos a los que vamos a votar.

Que las reglas no garantizan que la elección sea democrática es un argumento pomposo, pero que a mí me suena soberbio, yo solo voto si el sistema democrático está a la altura de mis principios; y además autodestructivo, porque si los inconformes con el sistema no votan y evidencian que las reglas son malas, no hay incentivos ni presión para cambiarlas. Nos quieren decir que las reglas democráticas que tenemos ¿fueron antes de la lucha democrática? Alguien necesita revisar la historia.

Que la 4T va a hacer trampa, usando “acordeones” y movilización, precisamente por eso, hay que llamar al voto libre y a la participación y no al revés. Otro efecto perversode su estrategia abstencionista es que arrojaron a los candidatos a los brazos de los operadores de Morena para que los incluyan en las listas que traerán los únicos votantes ¿Qué puede salir mal?

Recurro a la historia. Ahí está la lucha de la oposición al PRI hace 40 años. Maquío Clouthier, Cuauhtémoc Cárdenas y un largo etcétera de notables políticos contradicen con sus vidas ejemplares los argumentos pusilánimes que se han vertido. Ellos construyeron nuestra democracia, nosotros queremos defenderla con quejas y pretextos para la abstención.

A estos opositores de hoy, les gana la ansiedad de salir, el lunes o la noche del domingo, a anunciar y pontificar “el fracaso de Morena” ¿Cuál fracaso? Nos van a poner al Poder Judicial que quieren, con una alta aprobación presidencial y una sólida preferencia electoral. El fracaso es para el país que degradara su Poder Judicial y sus instituciones electorales todavía más, el fracaso es para la oposición incapaz de articular un discurso, defender las instituciones republicanas, impulsar legal y democráticamente candidaturas relevantes o defender la legalidad del proceso de la voracidad de la 4T. No acompañemos el fracaso opositor, salgamos a votar con dignidad ciudadana.

Laborissmo seguirá informando…