“Despertaron Al Tigre”

Comunicado CEDH-Entrega Informe Sobre Centros De Asistencia a Niñas,Niños y Adolescentes
26 febrero, 2023
“Fueron Más De Quinientos Mil”
27 febrero, 2023

*“DESPERTARON AL TIGRE”*
*Gentleman.*
*Abogado Israel Ascencio Cadenas.*

Hace tiempo que no escribo ninguna línea.
Sin embargo, *es imposible permanecer indiferente ante un logro tan mayúsculo como el que se vivió el día de ayer.*
Aclaro, *no porque no esté participando.*
Nunca he dejado de hacerlo, *desde mi trinchera impulsando a la Sociedad Civil* a que se manifieste y haga acto de presencia, como ayer lo hicieron miles, por no decir millones.
Lo cierto es que, como ya lo han dicho varios atinadamente este presidentito *lo único que ha sabido hacer bien, es unir a la oposición, pero en su contra.*
Y efectivamente, como también lo apuntó hoy por la mañana Don Ángel Verdugo, *este es el aviso de lo que viene si sabemos seguir organizados.*
*Es la punta de lanza.*
Ya que *históricamente es precisamente la clase media* la que siempre resulta ser la *precursora de los grandes movimientos sociales.*
Ojalá lo entienda quien ocupa Palacio Nacional.
Porque si no lo hace, *la misma población se encargará de hacerle ver esa realidad* que ha pretendido ocultar a través de información tergiversada todas las mañanas a través de su programa cirquero.
Lo cierto es que *la gente ya despertó y no lograrán adormilarla de forma alguna.*
Porque, a diferencia de otros sectores, *somos personas acostumbradas a pasar por las más difíciles y superarlas y no somos fáciles de convencer con dádivas, prevendas, ni beneficio alguno.* Porque siempre luchamos en pos del beneficio colectivo.
Ya que *sabemos perfectamente que para todos estemos bien, debemos abogar por el bien de todos, no de unos cuantos.*
La muestra de civilidad de ayer domingo 26 veintiséis de febrero del 2023, fue una *prueba contundente del convencimiento que se tiene en este sentido.*
Y adicionalmente, *quisiera compartirles un cuento* que no es de mi autoría, pero refleja claramente lo aquí expuesto:
Te voy a contar una historia de Jorge Bucay que leí hace tiempo y tiene una gran moraleja que me parece interesante recordar. Cuánta diferencia marca las pequeñas acciones: una jarra de vino… *cada uno de nosotros tenemos en nuestras manos el poder de mejorar la sociedad aportando nuestro granito de arena.*
Había una vez un monarca de un pequeño país: el principado de Uvilandia. Su reino estaba lleno de viñedos y todos sus súbditos se dedicaban a la fabricación de vino. Con la exportación a otros países, las 15.000 familias que habitaban Uvilandia ganaban suficiente dinero como para vivir bastante bien, pagar los impuestos y darse algunos lujos.
Hacía ya varios años que el rey estudiaba las finanzas del reino. El monarca era justo y comprensivo, y no le gustaba la sensación de meterle la mano en los bolsillos a los habitantes de Uvilandia. Ponía gran énfasis, entonces, en estudiar alguna posibilidad de rebajar los impuestos.
Hasta que un día tuvo la gran idea. El rey decidió abolir los impuestos. Como única contribución para solventar los gastos del estado, el rey pediría a cada uno de sus súbditos que una vez por año, en la época en que se envasaran los vinos, se acercaran a los jardines del palacio con una jarra de un litro del mejor de su cosecha. Lo vaciarían en un gran tonel que se construiría para entonces, para ese fin y en esa fecha.

De la venta de esos 15.000 litros de vino se obtendría el dinero necesario para el presupuesto de la corona, los gastos de salud y de educación del pueblo.
La noticia fue desparramada por el reino en bandos y pegada en carteles en las principales calles de las ciudades. La alegría de la gente fue indescriptible. En todas las casas se alabó al rey y se cantaron canciones en su honor.
En cada taberna se levantaron las copas y se brindó por la salud y la prolongada vida del buen rey.
Y llegó el día de la contribución. Toda esa semana en los barrios y en los mercados, en las plazas y en las iglesias, los habitantes se recordaban y recomendaban unos a otros no faltar a la cita. La conciencia cívica era la justa retribución al gesto del soberano.
Desde temprano, empezaron a llegar de todo el reino las familias enteras de los viñateros con su jarra, en la mano del jefe de familia. Uno por uno subía la larga escalera hasta el tope del enorme tonel real, vaciaba su jarra y bajaba por otra escalera al pie de la cual, el tesorero del reino colocaba en la solapa de cada campesino, un escudo con el sello del rey.
A media tarde, cuando el último de los campesinos vació su jarra, se supo que nadie había faltado. El enorme barril de 15.000 litros estaba lleno. Del primero al último de los súbditos habían pasado a tiempo por los jardines y vaciado sus jarras en el tonel.
El rey estaba orgulloso y satisfecho; y al caer el sol, cuando el pueblo se reunió en la plaza frente al palacio, el monarca salió a su balcón aclamado por su gente. Todos estaban felices. En una hermosa copa de cristal, herencia de sus ancestros, el rey mandó a buscar una muestra del vino recogido. Con la copa en camino, el soberano les habló y les dijo:
—Maravilloso pueblo de Uvilandia: tal como lo imaginé, todos los habitantes del reino han estado hoy en el palacio.

Quiero compartir con ustedes la alegría de la corona, por confirmar que la lealtad del pueblo con su rey, es igual que la lealtad del rey con su pueblo. Y no se me ocurre mejor homenaje que brindar por ustedes con la primera copa de este vino, que será sin dudas un néctar de dioses, la suma de las mejores uvas del mundo, elaboradas por las mejores manos del mundo y regadas con el mayor bien del reino, el amor del pueblo.
Todos lloraban y vitoreaban al rey.
Uno de los sirvientes acercó la copa al rey y éste la levantó para brindar por el pueblo que aplaudía eufórico… pero la sorpresa detuvo su mano en el aire, el rey notó al levantar el vaso que el líquido era transparente e incoloro; lentamente lo acercó a su nariz, entrenada para oler los mejores vinos, y confirmó que no tenía olor ninguno. Catador como era, llevó la copa a su boca casi automáticamente y bebió un sorbo.
¡El vino no tenía gusto a vino, ni a ninguna otra cosa…!
El rey mandó a buscar una segunda copa del vino del tonel, y luego otra y por último a tomar una muestra desde el borde superior. Pero no hubo caso, todo era igual: inodoro, incoloro e insípido.
Fueron llamados con urgencia los alquimistas del reino para analizar la composición del vino. La conclusión fue unánime: el tonel estaba lleno de AGUA, purísima agua y cien por cien agua.
Enseguida el monarca mandó reunir a todos los sabios y magos del reino, para que buscaran con urgencia una explicación para este misterio. ¿Qué conjuro, reacción química o hechizo había sucedido para que esa mezcla de vinos se transformara en agua…?
El más anciano de sus ministros de gobierno se acercó y le dijo al oído:
—¿Milagro? ¿Conjuro? ¿Alquimia? Nada de eso, muchacho, nada de eso. Vuestros súbditos son humanos, majestad, eso es todo.
—No entiendo –dijo el rey.
—Tomemos por caso a Juan. Juan tiene un enorme viñedo que abarca desde el monte hasta el río. Las uvas que cosecha son de las mejores cepas del reino y su vino es el primero en venderse y al mejor precio. Esta mañana, cuando se preparaba con su familia para bajar al pueblo, una idea le pasó por la cabeza… *¿Y si yo pusiera agua en lugar de vino, quién podría notar la diferencia?*
Una sola jarra de agua en 15.000 litros de vino… nadie notaría la diferencia ¡Nadie!
Y nadie lo hubiera notado, salvo por un detalle, muchacho, salvo por un detalle:
*¡TODOS PENSARON LO MISMO!*
*¿Qué estás haciendo para cambiar el mundo?,* ¿qué parte de responsabilidad tienes en los problemas que vivimos en nuestra sociedad?
Tú eliges, tú decides, *por insignificante que parezca tu contribución… siempre suma.* No pienses que lo que ocurre en el mundo no tiene nada que ver contigo. Tu pequeña decisión, errada o acertada, sumada a las decisiones de los otros, puede hacer grandes cosas, pero para ello antes tenemos que empezar por mejorar nuestra empatía.
Ahí queda para la reflexión.
No me extiendo más, porque sino terminará por no leer nadie estas humildes líneas, especialmente el cuento.
¡Sigamos en la brega!
¡Gracias!
Atentamente:
*Gentleman.*
*Abogado Israel Ascencio Cadenas.*