Por Arturo Ismael Ibarra Dávalos
La elección de 1911 constituye el primer ejercicio comicial celebrado en la República mexicana, que permite observar una coyuntura de transición
político-electoral.
Hoy, después de un siglo se ve lo difícil que ha sido el camino histórico de la democracia en México.
Diversas figuras, como los partidos políticos, la no reelección y las eleciones directas o los gobiernos compartidos, iniciaron el desgaste de un régimen dictatorial y la construcción de nuevas instituciones.
Así, se hace un recorrido histórico de dos momentos de la Revolución mexicana, la dictadura de Porfirio Díaz y los procesos electorales posteriores a ella, marcados por el discurso del fraude electoral y en los que
las reglas del juego se fueron modificando hasta llegar a la elección de 1911fue ésta el momento de transición entre un gobierno dictatorial absoluto y otro de apertura democrática.
La semilla de la democracia es sembrada y la esperanza de un pueblo nace, inicia un arduo camino, que tuvo un costo muy alto durante décadas.
1988 marca un antes y un después para consolidar la democracia en México y lo acontecido con las elecciones del mismo año donde el gobierno organizaba las elecciones, a través de la Comisión Federal Electoral, encabezada por la Secretaría de Gobernación. Mismas que podían manipularl a su antojo, para 1990 nace el IFE y unos años después tiene autonomía, ducho órgano que ayudó para la transición pacífica en el 2001 con el cambio de poder, para el 2014, nace el INE, el que en el 2018 de forma pacífica y ordenada hace lo propio y después de varias campañas AMLO logra el triunfo tan buscado por el mismo, pretende ahora desaparecer este órgano electoral, lo cual es retroceder y volver a principios del siglo pasado, dónde los gobiernos tenían poder absoluto y decidían como continuar en el poder.
La generación de 1910-1911 tuvo que enfrentar una dictadura que había anulado prácticamente la libertad de expresión y de ejercicio electoral, hoy toca a los ciudadanos mexicanos, como compromiso histórico frente a aquellos esforzados paladines, consolidar la democracia, tarea en la cual tienen una fundamental participación las instituciones electorales que
han emanado del marco constitucional y legal en que se sustenta el orden
jurídico de la nación. No hay que equivocarnos.